Café y más café
Nadie se podría imaginar que un minúsculo grano de un árbol, pusiera llegar a tener tantísima importancia, en la economía de algunos países, en las relaciones sociales y en muchísimas cosas más. Cuando apareció por primera vez, se cree que en Etiopia allá por el año 1500, debió de surgir como todas las cosas de esta vida, un buen hombre probó este grano y vio los resultados, a partir de entonces todo ha venido rodado, producción, explotación, y todo lo demás. Después de hacerse imprescindible en gran parte de la sociedad de los países árabes, sobre todo en La Meca y El Cairo, se cree que a Europa llego sobre el año 1600 y desde entonces, podemos apreciar sus distintos sabores pero sobre todo su gran aroma.
Pero el tema principal de estas letras, viene dado por la facilidad que tenemos los seres humanos en entorpecer las cosas más sencillas y agradables que nos da la vida. No hace muchos años, en las mesa, o en la barra de un bar, podías oír, cuando las gentes llegaban de la calle las formas de pedir UN CAFÉ, era muy sencillo y coloquial, Uno con leche, cortado, un descafeinado, uno solo largo o uno solo corto, y ahí terminaba todo.
Hoy quiero un pequeño aplauso a estas gentes, como, Luz, Marcos, Ángel, o también, Juan, que después de pasarse montones de horas tras la barra de un local, llega un grupo de personas y les oyes decir, Un café, por favora mi descafeinado de sobre, yo, uno con leche de soja poco cargado, uno más, descafeinado de máquina, templado y con sacarina, uno solo, largo doble de azúcar , por favor que nos ocurre?, para cuatro cafés, este pobre camarero, necesita estudiar química, para poder combinar todos los componentes, caligrafía, para poder apuntar bien lo que le dictan, pero sobre todo sicología , para no mandarnos al Cuerno. Dejemos nos de dar vueltas a la noria, y enrollar cada día las cosas mas y mas y disfrutemos, de la compañía y del lugar, y de un buen café.
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