La ignorancia al poder
La gente se espanta de la pródiga ignorancia y radicalidad religiosa de Trump y su recua sin ver la que tenemos montada en casa. El segundo de abordo de Trump dijo que la evolución es un cuento de hadas y, me temo, nadie lo ha dicho aquí porque nadie se ha preocupado de preguntar. Ni en campaña ni después.
No olvidemos que la biología impuesta por el estalinismo, la de Lysenko, terminó en más de veinte años de hambrunas porque prometía que los caracteres adquiridos eran heredables. Eso le gustó al régimen y prohibió la evolución por ir contra las ideas del movimiento. Pablo Iglesias ni siquiera sabe que Newton formuló la gravedad y Einstein la corrigió... Prefiere a sus teóricos de un paraíso que nunca será y de problemas que ya no son o que se han inventado, como las razas y los derechos territoriales.
Y, así, van de la mano todos los impositivos y sus creencias. Propagando religiones y defendiéndolas con nuestros impuestos. Como Rajoy y el primo físico de pacotilla y su ministro del Interior, al que un ángel aparca el coche por las mañanas.
Son la viga y la paja del chauvinismo ese que llevamos todos dentro y que, parece ser, está de moda esparcir. Si seguimos tirando la crítica y abrazando pasiones, acabaremos meando el estand de los yogures en el súper para decir que es nuestro.
Como parece que no hay vuelta atrás, iremos afinando el olfato.
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