Bendito país
Bendito país el nuestro que está sumamente preocupado por la elección de Trump; desde entonces parece que se acabaron los problemas en España y sólo hay un nuevo tema de debate: el nuevo presidente de EE UU.
Bendito país el nuestro por dejar en el olvido que tenemos un Gobierno que convocará elecciones el próximo año, que la UE ordena y el Gobierno obedecerá los nuevos recortes, cercanos a los ocho mil millones, verdad que conocemos lo que esa medida ocasionará en nuestra sanidad, educación, etcétera. Para qué seguir detallando lo que ya sabemos, pero nuestra gran preocupación hoy es el presidente americano.
Pues bien, cualquier presidente americano sea de un partido u otro sólo tiene un fin, potenciar su país y a sus ciudadanos para que cuenten con los recursos suficientes para vivir el sueño americano y, para ello, tomará todas las medidas que sean necesarias sin importarles la opinión del resto del mundo.
¿Qué problemas ocasionará este presidente a nuestro precario tejido industrial? ¡Ninguno! Empresas como ACS y Ferrovial estarán expectantes ante la promesa de Trump de mejorar las infraestructuras; a las siderúrgicas como Arcelor-Mittal y Acerinox puede reportarles grandes beneficios; también es cierto que el futuro de empresas auxiliares de la automoción instaladas en el Detroit mexicano es incierto si Trump aplica su política arancelaria, pues cerrará prácticamente las importaciones del sector desde México.
Preocupados estarán Japón, Alemania, Francia, Mexico etcétera, grandes exportadores al país americano, por las medidas proteccionistas del nuevo presidente para relanzar su economía, pero nosotros, ¿por qué?, ¿por qué nuestros tertulianos televisivos, que no atinan en sus pronósticos ni después de los resultados, califican poco menos que de orate al nuevo presidente?
Ya está bien, preocupémonos de lo que realmente importa, ¡España!, cuyo futuro más inmediato no es nada halaguëño; analicemos nuestros problemas e intentemos minimizarlos para que sean lo menos dolorosos para los ciudadanos de este país, porque el tío Sam no va a resolverlos por nosotros ni con Trump ni con otro, porque, además, los tres grandes "lobbies" mundiales ya habían decidido quién sería el nuevo presidente de EE UU. ¡Donald Trump!
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