Siero: ¿El caso Blog o el caso Cepi?

Parece que afortunadamente algunos políticos del Gobierno municipal de Siero, han encontrado el blog. No así a sus autores, que según el segundo cargo más importante del Ayuntamiento, proceden de la Policía Municipal. ¿Qué les habrá hecho el señor Cepi me pregunto?

¡O qué no les habrá hecho, que también puede ser! De cualquier forma, más que el caso blog, habría que denominarlo el caso "Cepi". Ya que hasta la llegada de este al Consistorio con sus "innovaciones", no existiría Blog alguno. De tal manera, que una vez encontrados, al autor o autores, -o sin encontrarlos- habrá que separar "el trigo de la paja" porque de todo hay. ¿Es un acto de cobardía la denuncia -no el insulto- bajo el anonimato, cuado se realiza contra una autoridad? ¿Y si esta autoridad fuera o fuese despótica y arrogante? Ese es el dilema. Obviamente las injurias, los insultos y el despotismo, son repudiables, epro, no parece una novedad el que las denuncias y las descalificaciones personales, sean una novedad. La Pola, fue escenario de pegada de pasquines y de "dimes y diretes" con el fin de menoscabar la credibilidad de muchos ediles, ahí están las hemrotecas. Otra cosa es que ahora, sea más cómodo y hasta más fácil, el uso de internet, pero los anonimatos y la cobardía de hacerlos, existieron, existen y existirán.

En este caso que nos ocupa, es de sobra conocido, el divorcio entre el funcionariado y el teniente de alcalde en cuestión. Basta con leer entre línea el Blog (a veces ni eso) o esetar al cabo de la calle, para darse cuenta de que la situaicón no es precisamente una balsa. El que ahora sea público lo que antes era privado, no quita un ápice de importancia. Por eso, como todo divorcio, las consecuencias las pagan los hijos, y en este caso los ciudadanos residentes en el municipio.

Primero, porque los servicios administrativos se resienten (un mal ambiente, no propicia un buen servicio).

Segundo, este tipo de "publicidad" no favorece en nada la imagen del concejo (¿se acuerdan de los pasquines contra Coca Cola?), ni su proyección económica y cultural.

Tercero, el respeto no se impone, se gana. Solo la imposición se ejerce en situaciones que realmente lo requieran. No puede hacerse uso desmesurado de la autoridad, por el mero hecho de ostentarla y a más "inri" arrogantemente.

Cuarto, cuando en nombre de siero, -no del PSOE-, o en su representación, se hacen gestiones intercambios, manifestaciones, o representaciones en general, quien los ejerzan están obligados a un mínimo de diplomacia y unas reglas de comportamiento exigidas en cualquier manuel de protocolo. No parece ser esta la norma del segundo cargo de más importancia en el Ayuntamiento de siero, a tenor de las interpelacioens que a ese respecto se realizan en los plenos y comisiones.

Quinto, la Policía Municipal tiene sus mandos naturales, que hacen que dentro de su funcionamiento, deban de responder ante su superior inmediato, no ante cualquier "cargo público" por mucha autoridad que este tenga; ya que de lo contrario entraríamos en una sinrazón nada recomendable. Un ejemplo: ¿Se imaginan ustedes que la Guardia Civil de Tráfico no pudiera multar al vehículo -por ejemplo- de los senadores o diputados, y solo lo hiciera con el ciudadano de a pie? ¡Pues no! El ejemplo del acatamiento a las leyes, debe de darlas en primer lugar el autor o autores de las mismas, y eso parece que en La Pola, cuesta trabajo, por no decir algo más.

Sexto, las amenazas, o las acusaciones, dirigidas públicamente, contra una parte del funcionariado de Siero, no son más valientes, ni mejores, porque sean realizadas por un "cargo público y político", son en el régimen interior donde estas, tienen su lugar natural de debate. El acusar o prejuzgar "antes de" es de una inmadurez política, solo aplicable a la mano derecha del señor Alcalde de Siero.

Por último, dejar de manifiesto la incapacidad que tienen algunos cargos socialistas para ejercer funciones públicas en el Ayuntamiento de Siero. Por eso el señor Corrales, debiera de replantearse una recomposición de su gobierno municipal, y concretamente en su órgano máximo, dejando todo el "lastre" que le llevar´ano solo, a la posibilidad de perder el apoyo del resto de los grupos. Se juega, además su nominación a las próximas elecciones (él lo sabe y el PSOE también) y por último, si todo lo anterior no ocurriera: el perderlas. Y todo, por un puñado de votos, que es lo que más o menos aporto Cepi al PSOE y que tal vez le valió en su momento, pero que queda por ver cuátnos más podrá aportar en un futuro, si es que lo tiene.

Justo Roldán, Lugones