¿Qué está pasando con nuestros adolescentes?
En los últimos días nos están llegando noticias muy preocupantes. Primero, un grupo de niños, que se cree "invencible" peleando, reta a otros niños de colegios e institutos a pelearse con ellos, seguidos y animados por fans de lado y lado. Segundo, un niño que llega a entrenarse deja una nota con los nombres de los que le acosan y se tira por la ventana. No sé si en este caso ocurrirá como otro similar (una niña brutalmente agredida por compañeros) que así quedó, allí no pasaba nada. Tercero, una chica de 15 años, violada y estrangulada. Cuarto, niña de 12 años fallece por coma etílico.
¿Cómo es posible que la época que se recordará como la más feliz sea para algunos tan triste y lamentable, en especial para los familiares de las víctimas?
En mi época de colegiala, teníamos clase de nueve a una y de tres a cinco. El recreo hasta las seis. Estudio hasta las ocho. Preparar las lecciones y los deberes del día siguiente. Si teníamos alguna duda, la consultábamos con la profesora que cuidaba el estudio. Teníamos ejercicios de literatura, que íbamos a preparar a la biblioteca (entonces en la calle San Vicente), que tomábamos como un aliciente más. La única preocupación que teníamos era aprobar el curso en junio.
Las vacaciones, del 20 de junio al 2 de octubre. Navidad y Semana Santa, similares a ahora.
¿Diversiones? Todos los fines de semana, llegaban los estrenos de la época dorada del cine americano e italiano, entonces muy de moda. Todas las temporadas llegaban las compañías de teatro y revista. Las compañías costumbristas asturianas. Los Mariñanes, Rosario Trabanco... Desde niños ya nos llevaban a verlas. Había entonces en Oviedo seis cines y tres teatros.
Ya inaugurado el estadio del Cristo, competiciones deportivas, atletismo, natación, etcétera. El Oviedo en Primera División. Lo que suponía ver por la ciudad a Di Stefano, Kubala, etcétera.
Por San Mateo, instalaban el "Entoldado" en los márgenes del Reconquista; con campeonatos y finales de baloncesto, hockey patines, con el gran equipo que teníamos entonces: La Cibeles.
¡Éramos niños felices, sin complicaciones en la vida! ¿Por qué ahora, con tantas cosas a su alcance, tienen que recurrir a "diversiones" impropias de esas edades?
Teresa Suárez García
Oviedo
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