Escuchar al que no piensa como tú
Al abrir cualquier periódico, al poner cualquier telediario o al participar en cualquier conversación, uno puede ver que las opiniones de la gente son muy variadas. Esto no es nada malo, sino que al contrario, es esta variedad la que proporciona a jóvenes adolescentes como yo una amplia perspectiva de la vida. Los problemas surgen cuando alguien lleva sus opiniones al extremo y las convierte en radicalismos que no aceptan términos medios. El otro día en mi colegio presencié una discusión entre mis compañeros acerca de las corridas de toros. Las opiniones eran opuestas y los que discutían se obstinaron y llevaron su punto de vista al límite, sin dejar lugar al posible razonamiento del otro, lo cual solo empeoró y calentó la situación. Al ver esto, pienso que en nuestra sociedad todo sería más fácil si, de vez en cuando, dejáramos de lado nuestro orgullo y escuchásemos lo que los demás tienen que decir. Mantenerte firme en tus principios no impide tratar de entender el punto de vista del que no piensa como tú.
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