La segunda goyesca
Era una tarde de otoño y al final de temporada, la cual era propicia para acudir a presenciar la segunda goyesca y de beneficencia.
Para la cual los diestros alternantes, le habían dado autorización a los respectivos apoderados para que eligiesen toros para la ocasión a ser posible en consonancia con la afición y primera plaza, ya que se esperaba un lleno hasta la bandera.
Que no tuviesen en cuenta el tipo de toros ni de ganaderías procurando que fuesen bravos, cinqueños y sin afeitar.
El cartel debía de estar compuesto por los maestros El Grato, El IV de Madrid y el Coleta Morada; actuando como sobresaliente el también maestro Niño de la Blusa.
El IV de Madrid que formaba parte del cartel se cayo del mismo días antes por haber sufrido una grave cogida en un tentadero, habiéndole afectado al costado izquierdo: propiciada por un toro sin picar, el cual era de sangre cruzada del Sur con la del Norte, es decir un toro mestizo.
Siendo sustituido para la ocasión por otro maestro con sentido para la lidia, conocedor de suertes y distancias llamado El Entibador; distinguiéndose del anterior maestro por sus abaniqueos con la muleta delante del hocico del toro
A la hora prevista los maestros con sus respectivas cuadrillas hacen acto de presencia, saliendo al ruedo; haciendo todos ellos el paseíllo a los acordes del Pasodoble Español “Suspiros de España”; menos uno que intentaba ver el exterior de la plaza a través de las rendijas de los portones.
El presidente/a ordena que salte al ruedo el primero de la tarde de nombre Nono; el cual salió con la vista desparramada y sin fijarse en el capote que le ofrecía el maestro El Grato; lo toreó tanto de capa corno con al muleta muy despacio mirando aveces a lo tendidos, sin importarle de que podía ser revolcado o cogido brindó todas las suertes al público; al final de la faena fue muy aplaudido sobre todo en los tendidos de sombra a pesar de no cortar oreja alguna .
El segundo del cartel nuestro Entibador, salió al ruedo saludando y como es costumbre en él tranquilo le dio al toro llamado “Abstención” todo tipo de facilidades para lucir su bravura y que calase en los tendidos de sol; pues los de sombra aplaudían en especial sus abaniqueos terminando la faena más que aseada.
El tercero del cartel Coleta Morada; que por sus espantadas y pases fuera cacho, también se ha dejado conocer por los ruedos Ibéricos y en especial en esta plaza: por el presidente/a, le fue devuelto el toro a los corrales de nombre “Potenciales”; ya que se sintió incapaz en su lidia sin ningún pase digno de mención; solicitando el sobrero, cosa que no le fue concedida.
El IV de Madrid, presenció la corrida desde los tendidos y como quiera que al parecer no era de su agrado; manifestó su disconformidad y que se iba a dedicar a recorrer cortijos, plazas y tentaderos, llevando hatos y botijo y que para dormir no iba a utilizar ni ventas ni castillos de cuatro estrellas; sino que lo haría al raso y al amparo de las estrellas.
No dejo claro si al final de su periplo pasaría por el Real sitio de Covadonga, y conteniendo sus lágrimas le pediría una entrevista a don Pelayo; con el fin de que le informase sobre las tácticas para empezar la reconquista. Don Pelayo debido a su apretada agenda se teme de que no lo reciba; ya que según la historia, éste no pertenecía a la retroprogresía parlante de aquel entonces ni a la de ahora. El tiempo lo dirá y suspirando volverá.
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