Felipe VI, un gran rey
En la ceremonia de entrega de los premios "Princesa de Asturias", en el teatro Campoamor de Oviedo, el Rey una vez más dio muestras de que fue educado y formado para ello, glosó sin titubear y sin papeles de apoyo, durante cuarenta minutos, los méritos y biografías de los galardonados sin error alguno en su oratorio, lo que es claro y evidente de que no sólo fue preparado, formado y educado para ser rey, sino que también trabajó mucho y bien éste su éxito, que es compartido con los españoles que disfrutaron con el magnífico comportamiento del titular de la Corona.
En días pasados, como es su deber, el Rey estuvo recibiendo a los representantes de los partidos con escaños en el Congreso, para designar la investidura del candidato a la Presidencia del Gobierno, donde demostró con moderada educación la cortesía institucional, dando la mano con la sonrisa en los labios, sentarse y hablar hasta con aquellos que demuestran groseramente la intención de humillar a la Corona, pero es su obligación la de tratar con educación y deferencia, en respuesta a groserías y tonterías de algunos, reír y oír sus ocurrencias; en su derecho está a reaccionar, pero fue educado, formado y muy trabajado para ser monarca. Tenemos un gran rey, al que quiero felicitar desde este espacio en LA NUEVA ESPAÑA por su comportamiento. El comportamiento es un espejo en el que cada uno muestra su imagen, y la de los monarcas, en este caso, don Felipe y doña Letizia, produce gran tranquilidad al país, ver que trabajan y están al servicio de España y de los españoles, por encima del dinero y de intereses partidistas. Don Felipe es el jefe del Estado que menos cobra de Europa, su decisión de bajarse los sueldos un 20 por ciento, voluntad y conciencia moral para determinar el bien común, nos deja claro que la Monarquía trabaja por España y lo hace predicando con el ejemplo, para las derechas y las izquierdas, para los de arriba y los de abajo, para nuestro país, el único sin una bandera para todos. Un gran rey, su ejemplo debe mover a la reflexión a aquellos que apelan al pueblo para servirse de él una vez en el poder. Felipe VI, educado y formado para ser monarca, lo hace por su acendrado amor a España, lo que produce tranquilidad al país: saber que una institución como la Corona sigue la flecha que indica el camino que nos conduce a la cumbre. Es evidente que la Monarquía sigue siendo útil para el país, honestidad y mucho trabajo, nadie podrá reprocharles una interpretación torticera de la Corona.
Tenemos un gran rey, unos premios "Princesa de Asturias" que son orgullo para la ciudad de Oviedo, para Asturias, para la Fundación y los galardonados, porque su trabajo sirve de ejemplo a seguir en todo el planeta, algo que no todos parecen reconocer, como los manifestantes que abuchearon a las puertas del Auditorio de Oviedo. Insisto, tenemos unos premios "Princesa de Asturias" que agrandan la imagen de la ciudad, y un gran rey en la nación en que parece que vuelven a palpitar las dos Españas.
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