En España no hay deberes
Parece ser que fue en Grecia (en la clásica y brillante, no en la actual) y en Roma (tampoco en la de ahora) donde se perfiló la idea de que los deberes y los derechos eran las caras de una misma moneda: el ciudadano que cumplía sus deberes tenía sus derechos.
Aquí y ahora se debate sobre los deberes del escolar y los niños que son muy listos y ven el ejemplo de sus mayores, al llegar a sus casas van a decirles a sus papás: “Conozco mis derechos a ver la tele y a divertirme (y a ser un ignorante aunque ahora todavía no lo sepa) y además, ¿por qué voy a hacerlos yo cuando aquí casi nadie los hace?”.
Efectivamente, los papás saben que el Rey no cumple sus deberes (artículos 8 y 62 h, de la Constitución); la Fiscalía, las Cortes y el Gobierno tampoco (desafío separatista catalán y terroristas en las instituciones); de los políticos mejor no hablar... baste decir que tanto los de la casta como los de la rasta únicamente piensan en asegurarse la poltrona para llevarse el dinero al monedero.
Concluyendo: es el ciudadano medio quien mayoritariamente cumple sus deberes, si bien en los juzgados de primera instancia se dirimen (pese a lexnet) millones de incumplimientos y, en fin, yo mismo no cumplo bien mis deberes porque esta carta me la dio un yihadista (llevaba una camiseta del Estado islámico) mientras me dirigía una falsa y maliciosa sonrisa, tras lo cual se alejó frotándose las manos...
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