Historias de este Oviedo
Decía mi padre, que en paz descanse, que el verdadero cronista de este Oviedo era Calzón, el peluquero, sito enfrente del Campoamor.
El otro día en el mercadillo de los domingos de El Fontán dí con un libro de extractos de La Voz de Asturias de 1974, y por supuesto, los comentarios de Calzón, habla de la multitud de sidrerías, bares y chigres que existían en Oviedo, El Mayorazgo, en Villafría, Bayón, en Fruela, Cefero el Matequeru, en San Lazaro, Angela la Morrina, la taberna de Laureano, y donde el vino al mundo la taberna de Anacleto y Maria en Puerta Nueva.
Comenta que cuando se abría una nueva pipa, se celebraba espicha, con una perrona se podía beber toda la sidra que se pudiera, pero como esta tiene un gran poder diurético pues a pichar a la calle pues no tenían water, y al entrar otra perrona, por eso las pocas sidrerías que contaban con servicio, por una perrona daban medio vaso de sidra, y cada uno lo bebía como quisiera.
Entre multitud de comentarios hace hincapié en algo que fue lo me indujo a escribir estas cuatro letras. En la calle Foncalada, en una casa que lindaba con Gascona, donde después en 1955 se construyo un edificio, y posteriormente estuvo Dirsa, estaba la sidrería Casa Fuin, que tenia un gran patio posterior, donde se apilaban las pipas de sidra, así como una bolera y otra para jugar a la llave. En las espichas de casa Fuin no se cobraba a tanto la meada, al tener water. Se servia un vaso a rebosar de sidra por una perrona. Pero la mayor especialidad de la casa era el guiso de gato, y era constumbre jugarse a los bolos o ala llave unas cajas de sidra y un gato guisado, tenia que ser gato, no valía gata, el encargado de atraparlo y por lo tanto invitado al ágape era Celesto el Mancu, y para matarlo, Meri el Americanu.
Son un pequeño resumen, entresacado de los comentarios de Calzón al periodista Luis Arrones Peon, y me sirven para darlos a conocer y para que como he dicho otra vez no juzguemos con ojos de hoy el pasado .
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