Auxiliares y fisios en coles, labor asistencial y también educativa
Me llamo Miren y trabajo como auxiliar educadora (AE) en el C.P. Elena Sánchez Tamargo de Laviana, atendiendo a niñ@s con necesidades educativas especiales (nee).
Son bien conocidas y visibles las tareas asistenciales que ejercemos los AEs, pero no se tienen en cuenta otras tareas muy necesarias para poder ejercer nuestra labor adecuadamente.
En mi caso atiendo, entre otr@s, a un niño de 4 años con síndrome de Down. Él todavía no se comunica verbalmente, pero en la asociación Down a la que acude y con los que tenemos reuniones periódicas, le están enseñando la comunicación bimodal, que consiste en acompañar la palabra oral con gestos. Es una herramienta muy útil para mejorar la relación del niño con sus compañeros y profesores y así evitar que la incomunicación por falta de un lenguaje eficaz tenga consecuencias sobre su desarrollo cognitivo, afectivo y social.
A modo de ejemplo, a la hora de ir a lavar las manos antes de tomar el aperitivo, la clase está dividida en cuatro grupos. Nuestro grupo es el verde y cuando la profesora llama equipo verde todos decimos verde a la vez que hacemos el gesto. Este es sólo un ejemplo de que la comunicación bimodal es una herramienta imprescindible de comunicación hasta que pueda hablar de una manera clara y eficaz. Y ganas de hablar no le faltan. A modo de anécdota simpática os diré que el otro día durante el recreo le pregunté ¿qué tal estás? y él me contó sus andanzas con mamá, que es la única palabra que conseguí entender, pero por la carcajada que se echó al final me parece que fue una anécdota muy graciosa.
Pues bien, yo para cumplir debidamente con mi trabajo, para el afianzamiento y desarrollo de las capacidades de los alumnos con n.e.e. en los aspectos físicos, afectivos, cognitivos y comunicativos, promoviendo el mayor grado posible de autonomía personal y de integración social (funciones específicas de los AE, Ángela Fernández Rodríguez, asesora técnico docente, Oviedo a 3 de mayo de 2001) he tenido que aprender y sigo aprendiendo este nuevo idioma: la comunicación bimodal. Aprendiéndolo por mi cuenta, con mis propios recursos y medios, casi siempre fuera de mi horario en el centro.
Por todo ello hecho de menos que desde la Consejería de Educación no nos faciliten este tipo de herramientas básicas para cumplir eficazmente con nuestro trabajo y en cambio tengamos que estar sintiendo que nuestra labor no se valora adecuadamente o que estamos en la cuerda floja, preguntándonos qué pasará mañana y queriendo dejarnos sistemáticamente fuera del sistema educativo.
En estos momentos esta situación me causa desazón y tristeza, pero seguiré dando lo mejor que tengo para que no sólo los niñ@s con necesidades especiales tengan un futuro mejor, sino que el resto de los niñ@s también aprendan de esta rica experiencia de la educación inclusiva y para todos.
Pero me quedo con lo mejor. Todos los días cuando entrego el niño a sus padres nos decimos un adiós y él me manda un beso con la mano.
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