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España es nuestra patria

24 de Noviembre del 2016 - Julio García García (Oviedo)

Desde hace más de cinco siglos existe nuestra nación, es decir, España.

Fueron necesarios más de setecientos años para vencer la invasión árabe, pues los musulmanes no se integraban, debido, principalmente, a la incompatibilidad entre la religión mahometana y la católica.

Nuestra nación tiene un Estado soberano y está dividida administrativamente en provincias, municipios, etcétera.

El territorio de España es diverso en cuanto a clima, relieve, producciones, costumbres, etcétera. Y unas partes tienen circunstancias más favorables que otras.

España como todas las naciones, tiene una serie de símbolos, como son la bandera, el escudo, el himno, el idioma, etcétera, y estos símbolos la identifican tanto hacia dentro como hacia el exterior. Estos símbolos están por encima de los que representen a alguna de sus partes, pues nos representan a todos los españoles.

El idioma español es el oficial y el que nos permite entendernos a todos los españoles y también con ochocientos millones de personas y en veinte naciones.

En español deben impartirse todas las enseñanzas y relaciones oficiales.

Ningún español debe de ser obligado a conocer ni hablar ningún lenguaje local.

Los españoles debemos de estar orgullosos de tener un idioma sin par, tanto por su belleza literaria como por su riqueza de conceptos y su racionalidad.

Conocer bien nuestro idioma y hablarlo correctamente es un deber y debe ser una gran satisfacción.

Es un hecho que la gran diversidad de idiomas existente en el mundo constituye una gran barrera para el entendimiento entre todas las personas.

Por ello se ha comprendido por todas las naciones que era necesario tener un idioma común que derribase esa barrera y ese idioma es el inglés, por lo que figura en todos los planes de estudio y hoy es una realidad que este idioma está permitiendo poder moverse por el mundo y entenderse.

Pero España no es un país bilingüe, por lo que el inglés debe estudiarse como un idioma extranjero, no equiparable al español.

Cuando esto ocurre, resulta difícil de entender que en España se impongan y quieran imponerse lenguajes locales, que si se extienden y radicalizan va resultar más difícil andar por España que por el extranjero.

Esto ocurre, principalmente, porque desde el reconocimiento de las denominadas “comunidades autónomas”, con competencias que deben de ser exclusivas del Estado (como la enseñanza, la sanidad, etcétera) se están fomentando y exaltando las características locales y se va perdiendo o entibiando el sentido nacional y el sentimiento de la patria común.

Incluso se está desarrollando el sentimiento de que una comunidad puede decidir por mayoría si rompe la unidad de España y se convierte en nación independiente.

Pero la unidad de España es irrevocable y no puede romperla ni la voluntad de la mayoría de los españoles. Es un patrimonio político, cultural, social, moral que no puede destruir una generación que pasa por la historia y en un momento de crisis.

Es una gloriosa nación y la que más ha contribuido a la civilización del mundo y la que mayor influencia ha tenido en la historia universal.

Es normal que los nacidos en una determinada parte de España, llámese Asturias, Galicia, Cataluña, etcétera, donde tienen sus familias, sus amistades, su trabajo, sientan predilección por ella y la crean la mejor de España, pero nunca se deben perder la idea de que son parte de España y que trabajan desde ella por el bien común de todos los españoles.

También se debe de considerar que en todas las partes de España hay numerosos españoles que proceden de otras partes de la nación y que, incluso son muchos los extranjeros que viven en cada parte de España, lo que debe moderar los localismos.

Todos los españoles debemos de tener los mismos derechos y deberes en todas las partes de España y no tener discriminaciones. España, como se ha dicho, es irrevocable y no puede ser sometida a ningún tipo de referéndum. La Constitución, los partidos políticos y todas las instituciones están al servicio de España, de la que nacieron.

Pero, ¿dónde se cultiva el patriotismo, el amor y el servicio a España, bien común de todos los españoles? ¿Cómo es admisible que se consienta la existencia de partidos antiespañoles?

¿Estamos regresando a la división y enfrentamiento de los españoles por los separatismos, los partidos políticos, etcétera?

Julio García García

Oviedo

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