A las puertas de Copenhague
Estamos en la antesala de la Conferencia sobre el Cambio Climático, convocada por la ONU, que tendrá lugar en Copenhagen entre los días 7 y 18 de este mes.
En ella nos jugamos mucho, tanto que lo que ansiamos muchas personas, en todo el mundo, es que los gobernantes allí reunidos se tomen en serio la gravedad de la situación e impulsen decididamente medidas que frenen las emisiones de CO2 y la deforestación, y acuerden las ayudas necesarias para quienes más están sufriendo ya los efectos de una situación que otras personas hemos provocado.
Y es precisamente ahora cuando algunas personas y algunos medios de comunicación están presentando los más de mil correos electrónicos y otros documentos de científicos investigadores del clima, que han sido copiados por hackers, como prueba de la existencia de una conspiración científica para hacernos creer en la existencia de un cambio climático que realmente no se está dando. Un ejemplo de ello es el artículo firmado por J. N. que, con el título ¿Un Watergate climático?, se publica en LA NUEVA ESPAÑA del 2 de diciembre, en el que se pueden leer opiniones tales como que estamos ante el mayor escándalo científico del siglo.
Menos mal que es posible contrastar las afirmaciones del cada vez más reducido número de negacionistas y escépticos del clima con fuentes como la prestigiosa revista Nature. En el editorial de su último número se establece con claridad que el contenido de los documentos robados no echa por tierra la base científica de la realidad del cambio climático ni la responsabilidad de la actividad humana en el mismo, en los términos en los que se establece en el IV Informe del Panel Intergubernamental sobre el Cambio Climático (IPCC) de la ONU, presentado en el año 2007.
Espero que se haga realidad la opinión de Rajendra Pachauri, Presidente del IPCC, manifestada también en el último número de Nature, en el sentido de que las negociaciones de Copenhague no se verán afectadas por este desafortunado incidente.
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