Hipocresía
De acuerdo, todos podemos entender el dolor de una familia al perder a una persona querida y de forma personal, transmitir las condolencias, pero vamos a ser un poco más decentes y un poco menos hipócritas. Me dirijo a ustedes, señores diputados, ¿me pueden decir cuándo se guardó un minuto de silencio por un parlamentario?. Creo recordar, y si la prensa no me engaña, que cuando se solicitó para el Sr. Labordeta, se denegó y desde que se instauró la democracia en el país, sólo para dos ex presidentes (Suarez y Calvo Sotelo), se guardó el minuto de silencio, por ello vuelvo a preguntarme: ¿a qué vienen ahora esos gestos y esa falsa humanidad?, ¿vale simplemente que era una más de los-as privilegiados-as que ocupan escaños, con aforamiento de recargo?, ¿se las quieren dar de dignos, y miro a sus ex compañeros de partido, cuando le daban la espalda tan pronto se acercaba a las inmediaciones del Congreso o Senado, o a sus rivales políticos que la atacaron (y no voy a quitarles la razón) por los delitos que se iban a juzgar?...
Es de una indecencia excesiva, que se pretenda homenajear en el Congreso, según escuché recientemente el santuario de la democracia y la casa de todos; primero: a una senadora (¿no era suficiente con el Senado?), segundo: senadora encausada, es decir, no podemos decir que fuera precisamente un ejemplo a seguir, dado que su querido partido, la apartó cuando el hedor podía dañar a esferas próximas; tercero; ex alcaldesa, que se permitió hacer la burla a familiares de las víctimas del metro de Valencia, desde la balconada del Ayuntamiento. ¿Es esta persona, alguien que merezca un sentido homenaje desde la santa casa del pueblo?, ¿de verdad me están tratando de inducir a la estupidez, vendiéndome que esa figura merece un homenaje mayor al que para mí, merecería un profesor, un policía, un bombero, un médico, o cualquier persona honrada que ejerce su profesión con honradez, profesionalidad y dignidad?.
No salgo de mi asombro y miraría a todos y cada uno de los indecentes a la cara y les pediría que revisaran sus declaraciones, sus opiniones, sus palabras. No se porten como farsantes, somos muchos los que estamos hartos de tanta palabrería, tanto calentar la lengua y alentar a la gente para que se echen los unos contra los otros, usando al pueblo como arma arrojadiza, para al final desdecirse y presentarse ante la opinión pública como personas personas que se portan como personas, cuando alguien abandona este mundo, pero que mientras tanto se acosaron y atacaron como bandadas de perros rabiosos.
Hagan el favor de dejar de hacer el ridículo, cumplan con su trabajo, dejen los móviles, las tablets, los jueguecitos, la falsa honestidad, la hipocresía y dedíquense de una puñetera vez a cumplir con el pueblo y abandonar esa soberbia que lucen hasta que la vida les muestra, que la salida es la misma para todos, y aquí amigos, no hay aforamiento que valga.
D.E.P.
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