¿Estado laico, o Gobierno anti-Kultur?

A estas alturas de la vida, o de la Historia y sus últimos milenios, nadie puede negar la importancia de Sócrates y de Jesucristo en nuestra Kultur histórica. Y, como muy bien nos recordaba recientemente don Pedro de Silva en su billete, ambos murieron para ser semilla y dar fruto. El caso es que, al margen de creencias religiosas, en mi opinión no se puede encontrar, en toda la Humanidad, a nadie mejor para seguir su ejemplo. La Historia lo confirma. Una Historia, en sí misma democrática, pues, aunque muchos son los que intentaron ganarla en elecciones, nunca nadie lo consiguió; todos acabaron abrazados a ella. Ese es el compromiso: cambiarla y dejarla cambiar; pues: sin cambios, no hay tiempo; y sin tiempo, no hay Historia.

Creo que, en aras del respeto a la religión laica al uso y a la libertad de todos (no se vayan a ofender los que profesan tan laica religión) se deben prohibir los bustos e imágenes de Sócrates en todas las aulas que el Estado financia con nuestros impuestos. Porque, el Estado no debe ser sectario y debe protegernos PROHIBIENDO esas intolerables muestras de alienación. El que quiera que sus hijos no sean estúpidos: ¡que pague un colegio privado sin financiación estatal! Porque la LIBERTAD, no puede ser eso de PERMITIR la existencia de imágenes de alguien que ha demostrado ser un intolerante con la estupidez humana (nuestra más particular esencia) y, encima, ponérnoslo de ejemplo en los Centros Educativos pagados con el dinero de todos. ¡Nuestra lucidez intelectual no lo puede permitir! Sí, ya sé que no hay muchos bustos e imágenes de ese embaucador, pero debemos eliminarlos. Que no nos tiemble la mano o nos compadezcamos de su estado minoritario. Ya anteriormente hemos comenzado otras campañas que pretendemos ganar con nuestras fuerzas de asalto; campañas como la que hemos establecido contra la RAE (esa opresora y machista norma que no da sentido a nuestras comunicaciones SMS). A pesar de ello, todas nuestras escritoras y todos nuestros escritores, hacen su trabajo mejor que esos diletantes escribidores que defienden la presencia de Sócrates en las aulas. Por todo ello, debemos obligar a su eliminación: ¡Ningún busto ni imagen de Sócrates en las Escuelas! No vaya a ser que, a falta de apropiada normalización, vaya alguien y se le ocurra meternos a Sócrates en nuestras aulas. Un ignorante confeso. Así, de esta forma, con la oportuna (y tan oportuna) normalización, podremos hacer cumplir la ley y quitar el mal ejemplo de tales imágenes. Por cierto, al hilo de esto: ¡para cuando la normalización lingüística! No podemos permitir que esa machista y conservadora RAE nos diga lo que es correcto. Porque correcto será todo lo que nosotros establezcamos políticamente en el Parlamento, ¡o no estamos en democracia! Tomemos conciencia de lo que ocurre en nuestro alrededor y, aunque ahora los combatimos, observemos a esos insurgentes que luchan contra el Imperio corrupto que padecemos, y contra este sistema en crisis que ha alimentado bandadas de chupasangres y que encima pretenden volver a repetir basándose en ladrillazos. Pues bien, esos insurgentes, en su momento, y con no menor intención, dinamitaron y ametrallaron con los disparos de sus tanques a los Budas de Bamiyán, era marzo de 2001 (luego vino lo del 11-S y...). No, no se asusten; no se está haciendo apología ninguna de la violencia. Nuestra pacífica intención se concentra en retirar los bustos e imágenes de gente como Sócrates de las escuelas mediante la autoridad legal y democrática. (Primero haremos la Ley basándose en la mayoría que controlamos).

¿Será la religión una fuerza histórica? ¿Estará Toynbee equivocado? ¿Será éste el sino de nuestra Kultur? Muchas preguntas son éstas, pero de lo que sí estoy seguro es de que si Europa no se pone las pilas en defensa de su Kultur, no es que se retire y retorne, ni que se diluya en otra heredera, no, simplemente desaparecerá. Y, si nuestra Kultur desaparece, ¿qué quedará?

Los hombres escalan la montaña de su Historia buscando el escalón o la plataforma donde adormilarse al run-run de sus brujos a descansar. En esa escalada: unos, mal guiados, se equivocan de vía y se precipitan al abismo; otros, despreciando el trabajo de los pioneros exploradores de la montaña, son subyugados por los brujos (los únicos que, habiendo creído a los pioneros, se encargaron de crucificarlos públicamente para poder seguir manipulando a la gente).

En el siglo pasado hemos hecho dejadez de nuestra libre responsabilidad y permitimos que los brujos totalitarios y sus métodos tomaran el poder. ¿Cuándo nos ocuparemos del auténtico progreso y no de la palabrería de los brujos? No podemos esperar que, como en el siglo XX, el resto del mundo libre luche por nuestra libertad. Ni corromper el esfuerzo de tanto pionero (que dio su sangre en tantas ocasiones, tanto entonces como ahora), para, dándole la vuelta a la tortilla, corromper el concepto histórico de la lucha por la libertad. Una corrupción conceptual nada histórica que, como supongo ha quedado demostrado, es muy fácil de hacer. (En caso de duda consúltese a la filosofía de la Historia. Esas cosas nada prácticas que no se deben enseñar porque: ¿a caso facilitan la empleabilidad de las personas?)

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