Calidad democrática
El fallecimiento de Fidel Castro, Rita Barberá y algún otro fenómeno periodístico califican la calidad democrática y la imparcialidad de algunos protagonistas.
El primero, Pablo Iglesias, que se concede mayor autenticidad democrática que al Jefe del Estado, porque él "ha sido votado" y el Rey, no. Parece mentira que un profesor de Políticas, aunque sea de la Complutense (hasta el apellido de la Universidad es falso: complutense es un gentilicio y se aplica a Alcalá de Henares y no a Madrid), ignore que el Rey ha sido votado en la ley de leyes, la Constitución. Sin embargo, no reconoce la autenticidad democrática a los votos de sus adversarios políticos, pues a Rita Barberá la eligieron para gobernar durante 24 años con mayoría absoluta y cuando tuvo que dejar la Alcaldía aun fue la más votada, e ignorándolo, todos vimos el respeto que les mostró a ella y a sus votos en el Congreso, mientras a Fidel Castro le rinde respeto y hace gala de comunión con sus hechos políticos, sin considerar que se mantuvo en el poder durante 50 años sin participar en ningunas elecciones, o sea, sin votos. No es extraño, ya que en alguna ocasión manifestó que sus diferencias las resuelve a puñetazos, y a los periodistas que no le "bailan el agua" los azotaría hasta hacerles sangrar. He de reconocer que en esto Fidel fue más expeditivo. ¿Cree de verdad el señor Iglesias que si en vez de vivir en Madrid viviera en La Habana podría hacer el desplante al Jefe del Estado como hizo aquí? ¿Y el señor Zapatero? ¿Cree que podría tener los rasgos de "humor" con la desgracia de los demás, aunque los demás fueran"gusanos"? Pues no, ya que no tendría Twitter.
No se me olvida el señor Hernando, portavoz parlamentario del PP, pues después del desprecio mostrado a Rita por muchos dirigentes de su partido, incluso por él mismo, se despacha en el Congreso diciendo que lo hicieron para ayudarla, sin ponerse colorado, aunque no me extraña después de las muchas sandeces que le escuchamos desde su puesto como portavoz.
Otro protagonista es el señor Évole, que no dudó en achacar la escasa taquilla de la película "La reina de España" del señor Trueba a la presión de los "fachas", sin dar siquiera una oportunidad a su calidad. Que yo sepa, no hay escraches en las salas donde se proyecta, ni silicona en las cerraduras, ni escraches en la casa del señor Trueba. Cuando los había en las sedes del PP o en la casa de la vicepresidenta del Gobierno, el señor Évole callaba. Su programa en La Sexta con ataques directos a Mercadona e Inditex, con falsedades más que evidencias ¿no estará motivado porque no hacen publicidad, que es de donde él cobra? En este caso, se comporta como el pequeño Nicolás, pero con más habilidad y medios. ¿Donde imprime Planeta sus libros? ¿Todos en España? Pienso que no. Olvida que ambas empresas son creadoras de empleo fijo en España y allí donde consiguen algunos de sus productos. Si en esos países los sueldos son bajos, no se debe a Mercadona e Inditex, sino a sus gobiernos. Sin esas empresas no ganarían nada ¿Crean La Sexta, Antena 3, "La Razón", etcétera, mucho empleo fijo o se nutren de falsos autónomos? ¿Por qué no hacen un programa sobre esos abusos que se descubrieron cuando el señor Couso y el señor Anguita fueron enviados a cubrir una peligrosa guerra como autónomos? Tengo un amigo muy de izquierdas al que le encantó el programa de Évole. Él tiene un negocio de peletería, pero las prendas se las hacen en Polonia porque es más barato. Cuando le pongo en evidencia, no se pone colorado, como tampoco el señor Hernando, del PP. Así son ellos.
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