Nadie odia a la derecha
Ahora nos viene el simpatético de Alfonso Guerra a decir que el odio a la derecha no debe ser el camino del PSOE; cuando él, solo él, desde siempre, es cierto que con ironía y graciosísimo burlón, sabia buscarle en cada mitin o entrevista la crítica más humillante a la derecha. ¿A qué llegamos?
Nadie odia a nadie, solo que las políticas que aplica la derecha son difíciles de encajar dentro de los estatutos y convicción socialista; salvo que hayan perdido el norte como usted y los que conspiraron contra su secretario general elegido en primarias para regalarle el gobierno a esos que no hay que odiar, sino, agasajarlos con poder y más poder; para que sigan estrujando a los más débiles de esta sociedad. Señor Guerra ¡quién le vio y quién le ve!
Nadie odia a la derecha, es más, veo odio de verdad, del bueno, en la derecha y ustedes hacia Podemos, ¡ahí si observamos odio! simplemente entre todos, solo son rivales políticos, nadie es enemigo de los demás. Pero usted, el mismo Guerra que a cualquiera que se le pregunte ¿Quién sería a lo largo de nuestra democracia, el personaje que más se acercara al odio y la sátira más cruel contra la derecha? La mayoría diría sin duda que usted Señor Guerra; y ahora nos viene con esa sandez de sujeto trasnochado al lado de otros carcamales ¡que ya cansan! de verles, oírles y olerles, como son Areces, Javier el corto, Corcuera pata en puerta, y el Isidoro del siglo XXI. ¿Porqué no se van para su casa? ya rucaron bastante, que les soporte su entorno.
Señor Guerra ¿Los jóvenes no tienen derecho a errar, a marcarse su camino? ¿Por qué no les dejan su sitio, se apartan de una vez? Ya ve lo que su mente cambió, ¿desvaría ahora? ¿O era antes? cuando era joven, y tenía algunos grillos en la cabeza. Ustedes erraron, cambiaron de discurso, de inquietudes, también prometían y dejaron de cumplir programas electorales por dejarse llevar por un mundo ideológico que ahora está en la mente de esos jóvenes de Podemos, y que ustedes ya perdieron hace tiempo, cuando cogieron el poder, se codearon con los que lo manejan todo, les regalaron empresas, privatizaron y cayeron en sus redes (usted todavía no, ¡ya veremos!) se dejaron llevar por esas puertas giratorias que regalan sueldos enormes sin hacer nada, a cambio de favores anteriores.
Porqué no se van todos, ya pasó su tiempo; y dejan el futuro en manos de quien lo tiene. Sus políticas ya las conocemos, fueron buenas, mientras los fueron; ahora la tecnología y la especulación financiera a través de ella, les desborda, están desfasados, la prueba la tenemos en que será la primera vez que una generación deja a la siguiente peor calidad de vida de la que ellos disfrutaron; todo bajo su gestión: Desempleo, desigualdad, precariedad e incertidumbre es su legado.
Cómo ven, razones suficientes para no echarlos, para huyan por sí mismos y dejemos de padecerlos.
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