El escándalo de Nadia
Justo en las fechas en las que más donaciones se registran sale a la luz el caso de Nadia que, todo y ser una auténtica vergüenza de ser cierto (debemos presumir la inocencia hasta que se demuestre lo contrario) no puedo dejar de preguntarme porqué ahora. Pero lo que más rabia despierta en mi interior es el hecho de que la gente tenga tan pocos escrúpulos como para utilizar algo tan serio como una enfermedad para aprovecharse de la gente. Para aprovecharse de gente que no duda en compartir lo poco que tienen para intentar mejorar la vida de una pequeña. Es indignante que haya gente sin escrúpulos que se aproveche así y, lo peor en mi opinión, que provoca un efecto dominó negativo que crea desconfianza, lo que menos necesita la sociedad estos días. Es importante que se conozcan estos casos, aunque debería informarse de ellos cuando ya estuvieran lo hechos confirmados, en lugar de crear polémicas innecesarias, pero deberían conocerse aún más aquellos en los que la solidaridad ciudadana ha ayudado a gente que había perdido la esperanza y la unión de decenas, centenarios o incluso miles de personas, les devolvieron la luz a sus ojos.
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