Concursos engañosos
En el mes de noviembre de 2009 se convocó el 16 concurso de mujeres artistas del oriente de Asturias.
A dicho concurso aporté un cuadro esperando que, como en todo concurso, un jurado especialista, previa vista de la obra, valorase y fallase sobre la selección o no de la misma.
Pues no. El fallo se ha producido sin vista previa, no seleccionada y devuelta a su origen, es decir, a mi casa, sin haber sido desembalada, con pruebas irrefutables (cintas adhesivas sin tocar, papel de estraza finísimo que tendría que ser desechado, precintos irrepetibles y una referencia escrita con rotulador imposible de mantener tras un desembalaje) que no dejaban lugar a dudas de que el cuadro fue devuelto tal como llegó.
La primera idea fue pensar en que lo ocurrido era consecuencia de un error, por lo que me puse en contacto con la directora de la Casa de la Cultura de Cangas de Onís para explicarle lo que había observado, dándole todo tipo de detalles en los que basaba mi certeza e intentando hacerle comprender el perjuicio que tal error podía ocasionarme. Muy segura de sí misma y tomándome por una mentirosa redomada (otra cosa no se explica) me dijo que lo que le contaba era imposible que ocurriera; muy escéptica, lo negaba todo sistemáticamente sin darme ni tan siquiera el beneficio de la duda, beneficio de la duda que yo hasta ese momento le estaba dando pues, como dije anteriormente, en principio, sinceramente, pensé en que un error había sido la causa de la devolución.
Tras una larga charla que no nos conducía a nada accedió a que le enviase unas fotos del cuadro (dicho sea de paso, primer concurso que veo en el que no piden currículum, fotos…). Como pasaban los días sin obtener respuesta, me puse de nuevo en contacto con la directora, quien me dijo: por las fotos no recordaba exactamente si lo había visto o no -aunque- algún color, como el azul, era parecido a alguno que vio..., expresiones que enervaron aún más su argumento de que: aquello era imposible que ocurriera... y que hicieron que a partir de ese momento el error dejase de ser para mí la causa de la devolución de la obra, llegando a la conclusión que culmina con el título de este artículo.
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