España y Cuba
Nuestro último colonialismo en América terminó en Cuba en 1894, y las relaciones entre ambos países siguieron siendo buenas, en todos los sentidos, como dos países hermanos. Así nos lo confirmaron los cubanos amigos, que a estas columnas hemos traído, exiliados y perseguidos por la dictadura castrista (de dos hermanos que bien se la montaron, pues el difunto Fidel, al parecer, ha dejado una herencia de 950 millones de dólares, todo un fortunón de un comunista-capitalista, ¡toma del frasco, Batista!) que terminaron combatiendo, sobre todo José Sauquillo Zamora, como aquí hemos visto. El otro cubano exiliado, Santiago Balsera, al igual que Sauquillo, era también una figura destacada anticastrista, con exilio en Miami. Los dos coincidieron en Aller, Sauquillo como minero y Balsera para contraer matrimonio con Angelines Fanjul Argüelles, de Caborana.
Con dictaduras o sin ellas, si España y Cuba, todas sus gentes, han estado siempre tan unidas, ¿por qué nuestro Gobierno no ha tenido una mejor y más completa representación, obviando ideologías y diferencias políticas, en los fantásticos y espectaculares actos y sepelio del dictador cubano? Juan Carlos I, en vía muerta ya, fue insuficiente y circunstancial. Rajoy, como presidente del Gobierno, con los ministros más representativos, tenía que haber ido a Cuba y dejar de ser también en esto un Don Tancredo. Le recordamos que su paisano y fundador de su partido, el señor Fraga Iribarne, se desbordó en atenciones y agasajos con Fidel Castro cuando éste vino a España a conocer sus raíces gallegas. Sí, España tenía que haber tenido la mejor y más completa representación en Cuba, ser los primeros en estar allí, en cuerpo y alma, con nuestra ejemplar Transición o cambio político, que, más tarde o más temprano, se va a producir allí.
Por lo pronto, y ya antes de que la palmara Fidel Castro, el presidente norteamericano, Obama, ya estuvo en Cuba preparando el terreno para volver a tener allí sus intereses e influencia como antes, con los dictadores Machado y Batista, de tan infausta memoria. No, España tiene que ser la primera en estar en Cuba ahora y siempre, y que Rajoy y su Gobierno, además de la libertad del país caribeño, pidan también el levantamiento del bloqueo a la isla, la eliminación de la base/prisión de Guantánamo y conseguir y ayudar al pueblo cubano en cuante necesite o de lo que carezca, para que pueda tener una vida digna y prometedora. Y ese gran argumento como lo es nuestra ejemplar Transición, que aquí cuestionan y ofenden follones y malandrines.
España y Cuba. Y que el Tío Sam se quede con dos palmos de narices.
Ricardo Luis Arias
Aller
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