Periodismo en entredicho
Una sociedad tiene que disponer para vivir medianamente tranquila, sin sobresaltos, unos servicios básicos, un estado de derecho y de bienestar, a la altura de un país avanzado cómo el nuestro; no vale mirar para atrás y compararse con quien lo tiene peor. Además de un sistema protector para con los más débiles física, mental y económicamente; todo cojeará si no tenemos unos medios de comunicación libres e independientes de cualquier interferencia. Si los medios de comunicación no cumplen su cometido, que no es otro que informar al detalle sin enmascarar o manipular noticias y casos; el sistema se tambalea ¿Ustedes creen que ahora tenemos esos medios de comunicación imparciales y respetables? Se lo pregunto sobre todo a los profesionales de la información. Después de escuchar a Juan Luis Cebrián, creo que todo está claro, el periodista con pedigrí, tiene amigos en el poder; lo cual queda invalidado para dar información y denuncias sanas en democracia.
¡Ustedes mismos señores periodistas! Creo que Podemos en sus comienzos cercanos, dejó caer la necesidad de una Ley de Prensa o comunicación, donde vele por la independencia y la veracidad de la noticia. Todos se les tiraron encima, llamándoles de todo, que querían cercenar la libertad de prensa, hacer de España una Venezuela; pues creo que ahora más que nunca necesitamos defendernos de la manipulación, mentira, miedos y engaños de unas editoriales al servicio de intereses de quien les paga ¡ahí reside el problema! La prensa debiera ser subvencionada en parte al igual a los partidos políticos, si es que queremos que no queden en manos del poder económico que les marcarán línea a seguir.
Pueden leer diariamente noticias direccionadas según sea el marcado ideológico, las pueden colar, digerir e interpretar como quieran, no suelen engañar a casi nadie, ya todos saben de qué pie cojean cada cual, pero esa es la desgracia del profesional, que escriba, diga, y quien le lee, se tenga que poner a discernir si hoy le dio por ser responsable, coherente o divergente. Así nos ocurre con columnistas y periodistas de a diario. Las opiniones son respetables todas, pero dirigir la noticia para apoyar al amigo político, meter miedos, coaccionar o confundir al lector es como poco, poco recomendable; aunque solo fuera por propia estima y dignidad.
Necesitamos del buen periodismo, el valiente periodismo, el que no se casa con el poder y se amedrenta y cede ante las sugerencias e injerencias. Les necesitamos como agua de mayo, son ustedes la parte esencial de una democracia que se precie. Los lectores, los ciudadanos, no tienen la plataforma ni la soltura para expresar sus inquietudes, denunciar y criticar injusticias o simples irresponsabilidades ¡ustedes sí!
Un saludo.
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