El señor Peláez, los salmones y los cormoranes
Por regla general, cuando veo que el firmante de una carta en la prensa es un político suelo pasar de largo, son cartas anodinas y previsibles, en las que por defecto se vanaglorian de lo que hacen si están en el Gobierno y critican lo que hace el Gobierno si están en la oposición. Da lo mismo que hablen de economía, que de salud pública, que de medio ambiente, siempre es lo mismo y, sinceramente, me aburren; pero lo que más me llama la atención es que en la mayoría de los casos no se toman ni siquiera la molestia de contrastar lo que dicen, ni siquiera de leer los boletines oficiales y los decretos que ellos mismos publican.
El 7 de diciembre de este año hice una excepción y me detuve a leer la carta que escribió en este mismo periódico el señor Luis Peláez, diputado del Grupo parlamentario Popular en la Junta General del Principado. Como era de esperar, mis expectativas no se vieron frustradas, y tras varias líneas de comentarios alusivos a lo mal que lo hacen los otros y a lo bien que lo harían ellos si gobernaran, el señor Peláez se destapa y empieza a hablar de ecología fluvial y de gestión piscícola. El problema es que sus argumentos son erróneos, quiero pensar que por ignorancia, y no por mala fe. El señor Peláez nos dice que el Gobierno regional tiene una gravísima responsabilidad en la crisis del salmón porque durante siete años se ha opuesto a los controles de cormoranes. Pues el señor Peláez debería saber que el Gobierno del Principado no sólo no se ha opuesto a esos controles, sino que, ignorando los informes científicos que desaconsejaban esas prácticas que él tanto defiende y alienta, ha controlado los cormoranes desde hace más de cinco años, matando más de quinientas aves desde entonces. También nos demuestra el señor Peláez su falta de conocimientos sobre biología y taxonomía cuando nos dice que los cormoranes han vivido durante siglos en las costas y que ahora vienen al río a comer porque están esas costas están esquilmadas. Debería saber el señor Peláez y, si no, debería informarse antes de escribir una carta en la prensa, que en Asturias hay dos especies de cormoranes, una que vive en la costa y es sedentaria, y otra especie distinta que es migradora, y no alóctona, como él dice, que se reproduce en el norte de Europa y que frecuenta los ríos y las aguas interiores desde hace millones de años. Resumiendo, que no es lo mismo un burro que un caballo, aunque los dos tengan cuatro patas y dos orejas.
Si el Gobierno del Principado no tiene razón ni autoridad moral para acusar a los pescadores, como el señor Peláez nos dice en su carta, debería preguntarse si él mismo la tiene cuando desconoce la normativa vigente y ni siquiera ha dedicado cinco minutos de su valioso tiempo a informarse antes de escribir una carta en la prensa.
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