No es para tomarlo a chunga
La ministra de Sanidad, Servicios Sociales e Igualdad, Dolores Montserrat, pretende que los jubilados que cobran entre 18.000 y 100.000 euros al año paguen más por las medicinas que consumen. Así que ya lo sabe usted, amigo pensionista, desde que la intención de la ministra adquiera rango legal, acuda a la farmacia provisto de la tarjeta sanitaria y de su última declaración de la renta. Ambas credenciales permitirán al boticario ajustar el precio de su salud, hacer un presupuesto para rebajar su colesterol o sus triglicéridos y evaluar el coste de su enfermedad crónica hasta que el fallecimiento zanje la deuda.
Pero el tema no es para tomarlo a chunga. Tiene verdadera enjundia. A mi modesto entender, supone otro golpe bajo en el proceso de demolición del sistema nacional de salud, del que siempre hemos presumido los españoles. La Ministra, con muy buena mano, disfraza la subida del copago farmacéutico de medida progresista, que quita el dinero a los ricos y favorece a los más pobres.
"Quien más tiene debería pagar más", ha expresado asimismo la señora Montserrat, por lo que se ve, muy pendiente de que vayan bien la sanidad, los servicios sociales y la quimérica igualdad en nuestro país.
Está claro que la medida en cuestión está destinada a los pensionistas que pagan una miseria por los medicamentos y eso después de que el Gobierno corrigiese el desmadre que suponía que no pagasen ni un céntimo por la catarata de fármacos que consumen. Que por su empeño en vivir muchos años y consumir medicinas están como están la sanidad y la hucha de las pensiones. Mas no a todos los pensionistas -puntualiza la Ministra-, sólo a los que pasen de 18.001 euros al año, una auténtica fortuna que los coloca por encima del nivel mileurista, que ya se sabe que hoy es un privilegio con relación a los nuevos contratos.
La reciente propuesta de la ministra de Sanidad se une a los recientes debates sobre la sostenibilidad del sistema de las pensiones y de la Seguridad Social en general. No podemos engañarnos, el modelo actual de la sanidad y las pensiones (que, con la educación, son los pilares del Estado del bienestar), es cada vez más difícilmente sostenible. Lo cual no significa que se empiecen a poner parches como, al fin y al cabo, es esta medida que estudia Sanidad.
Ya se sabe que las necesidades de los mayores son menores, que a ciertas edades hay que comer poco para que no suba el colesterol y, además, los bancos del parque son gratis.
No obstante, por todo lo antedicho, parece claro que todos tendremos que hacer un esfuerzo para mantener un sistema que da prosperidad y paz social a España, aunque esto no se debe hacer de forma improvisada y a base de globos sonda, como es el caso que nos ocupa.
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