Maniobras de distracción
Ya es un tema sobradamente conocido el que el Gobierno, siempre que pretende hacer alguna modificación que repercuta de forma gravosa sobre el bolsillo de los ciudadanos, lance algún globo sonda para tomar el pulso a la opinión pública sobre el nivel de acogida con el que podrían ser recibidas las medidas que tiene en mente implantar. Nada nuevo, pues, en este asunto. Lo realmente llamativo, a la vez que lastimoso, es que en un momento de auténtica incertidumbre para millones de pensionistas, que están viendo cómo, año tras año, se va agotando el Fondo de Reserva de la Seguridad Social, del que de sus máximos en 2011, en el que alcanzó una cifra próxima a los 67.000 millones de euros, se ha venido reduciendo hasta una cantidad que, al ritmo de extracción de los últimos años, a duras penas alcanzará a cubrir el actual año 2017, en lugar de dedicar todos sus esfuerzos en buscar fórmulas de financiación que puedan garantizar la pervivencia del sistema de pensiones, llevando la tranquilidad a millones de hogares que dependen de estas prestaciones públicas, se dedique a realizar maniobras de distracción como la promovida por la ínclita ministra de turno, la catalana Dolors Montserrat, lanzando la amenaza de la modificación del copago farmacéutico que actualmente soportan los jubilados, al alza, por supuesto. La intención es tan clara como mezquina: que los medios y los directamente interesados se ocupen de debatir sobre este asunto, nimio al fin y al cabo, y no sobre el auténticamente problema de fondo que constituye la garantía futura de las prestaciones. Si esto es el botón de muestra de lo que podemos esperar de esta recién estrenada ministra de Sanidad, responsable de un Ministerio cargado de problemas y con importantes asuntos que abordar, pongámonos a temblar cuando nos enseñe el traje completo.
En referencia con el tema anterior, llama poderosamente la atención los tramos de renta de pensionistas y jubilados que el Ejecutivo está valorando para la aplicación progresiva de un más que posible nuevo copago. Se están considerando tres niveles de rentas: entre 18.000 y 30.000/año; de 30.000 a 60.000/año y de 60.000 a 100.000/año. A la vista de estos niveles, la pregunta inmediata que sugiere es que estando las pensiones topadas, con un nivel máximo previsto para el año 2016 de 2.567 euros brutos/mes, en 14 pagas, lo que supone una prestación máxima anual bruta de 35.938 euros, ¿quiénes son los perceptores de estas generosas prestaciones que llegan a triplicar las máximas actualmente establecidas? ¿Es que acaso aquí, como en tantas otras cosas de las que se vale la clase política para burlar las normas que impone a los demás, también se aplican privilegios vedados al resto de los mortales? No sería nada extraño que todo esto sea una más de las muchas prebendas de las que gozan, en flagrante agravio comparativo con los sufridos administrados de los que sólo se acuerdan a la hora de ejercer el derecho al voto.
Creo que no están los tiempos para frivolidades y sí para ponerse manos a la obra en una tarea seria de gobierno que dé repuesta a los importantes asuntos pendientes de resolver, muchos de ellos que no admiten más demora.
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