El padre Ángel y sus declaraciones
De ser exactas las declaraciones del padre Ángel que publica LA NUEVA ESPAÑA en la página 69 del 11 de diciembre de 2009- en un desayuno del Foro de la Nueva Sociedad, de numerosa concurrencia, puedo decir que el padre Ángel no está bien informado. Quizás la excesiva actividad fabulosa, por cierto- que suscita su cargo de presidente de una ONG tan conocida de la que también es fundador, le lleve a no poder estar enterado en profundidad de las actividades y manifestaciones de otros compañeros suyos sacerdotes, cuya misión es la de recordar a los cristianos los compromisos que adquieren sus vidas y que todos debiéramos conocer sin falta de que nos lo recuerden.
En un período de nuestra historia, en la que vivimos, de tanta confusión, sorprende que el padre Ángel no se entere de que hay quienes tienen verdaderas dudas en temas morales. No hay más que ver las manifestadas públicamente por su amigo José Bono respecto a la votación de la nueva ley del aborto, a la que dio su sí incondicional con su voto, y con su sí una serie abundante de disertaciones públicas a su favor. Quizás no fuesen necesarios los recordatorios que hubo de hacer la Conferencia Episcopal Española a los católicos Bono se publicita como católico- si el padre Ángel basado en la amistad que le une a José Bono, le hubiera recordado a éste su compromiso con la fe que dice confesar.
Quizás el padre Ángel no esté siendo suficientemente justo. Ante las aseveraciones erróneas del político en temas de moral católica que pública y reiteradamente expresó, alguien tuvo por deber- que salir públicamente a defender la vida y a recordar al católico el grave mal que es abortar, favorecer el aborto e implantar leyes a su favor.
Yo no sé en qué país vive el padre Ángel, que no ve la crisis de valores de nuestra sociedad ni que la familia está en crisis. No quiero pensar -no, no puedo- que no le dé importancia al núcleo familiar compuesto por el hombre y la mujer unidos en matrimonio, y sus hijos. Posiblemente sea que quienes tuvimos la enorme dicha de haber nacido y crecido en una familia tradiciona l-como él dice- desearíamos que todos pudieran gozar de semejante tesoro, porque nadie puede negar que el mayor bien humano para el hombre es verse integrado y querido en una familia; de tal forma, que cualquier tipo de convivencia -aunque sea bueno- no es comparable al seno familiar compuesto por padres e hijos.
Valoro inmensamente el trabajo social que realiza el padre Ángel, su vitalidad y su capacidad para multiplicarse en bien de las necesidades de los hombres y creo que goza de un carisma de cordialidad y simpatía que bien podía aprovechar para matizar mejor sus declaraciones, porque aunque en ellas ponga toda su buena intención dan lugar en muchas ocasiones, sin pretenderlo, a confusión, a creer que todo vale en la vida moral de la persona, y eso no es así. Ni todo es bueno, ni todo es lícito.
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