Corresponderle en vida
Algunas veces en la vida, lo que se busca para los demás, a tenor de quién es uno, acabaría siendo para la misma persona. Y es que el tiempo puede dar muchas lecciones y respuestas, que en ocasiones, el presente no da. Y el que mal anda, peor, suele acabar. Y el que bien obra tarde o temprano puede encontrar su justo premio, reconocimiento y recompensa. Al igual que quien no entiende de justicia, seguramente, habría que acabar imponiéndosela. Y por extraño que pusiera parecer, en algunos casos, el tiempo acaba por poner a cada uno en su sitio. Otra cuestión e que dicha justicia llegue a tiempo a todos. Y cuantas menos injusticias hayan en el mundo y dando a cada cual, lo que realmente se merece, y con la mayor prontitud posible y en su justa medida, más debido sería todo. Imaginemos que uno se dedica durante todo el tiempo a hacer lo que tiene qué hacer o puede hacer y otros a no hacer nada y ser un problema o buscador de problemas, con los que tiene “que cargar” el primero y salieran siempre impunes lo segundos. Sería todo, de lo más incoherente, irracional y tremendamente injusto. Y entender de esto supondría otorgarle, a la persona, el lugar que debiera corresponderle en vida.
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