Agoreros políticos
Hay en el lenguaje vulgar frases desafortunadas y artículos que nacen en mala hora y que se derraman por todos lados, así como se propagan hasta los términos de un estanque las ondas producidas por una piedra en medio del agua; muchos podemos citar en el vocabulario político, sobre todo; de esta clase son aquellos que halagando las pasiones de algunos partidos políticos han resonado tan fuertemente en nuestros oídos en los años que van pasando, tan fecundos en cambios políticos de escena y decoración.
Cuando sale una palabra de un orador en un pequeño círculo, y todos, ansiosos de palabra, la pasamos de boca en boca, y con la rapidez de un golpe eléctrico comienza a repetirse y se consagra, la mayoría de las veces sin entenderse, y siempre sin calcular que una sola palabra es suficiente para levantar la muchedumbre, inflamar los ánimos y causar un daño terrible.
Estas voces favoritas suelen desaparecer con las circunstancias en que se produjeron. Su destino es siempre, efectivamente, como un sonido vago, que se pierde en el tiempo, conforme se apartan las causas que le hizo nacer.
¿Será la pereza de imaginación o de raciocinio la que nos impide investigar la verdadera razón de cuanto nos sucede y que goza de tener siempre a mano una muletilla para sus propios argumentos, haciéndose cada uno la ilusión de no creerse cómplice de un mal, cuya responsabilidad descarga sobre los demás en general?.
Cuando nos hallamos en un momento crítico en que vamos haciendo una pacífica transición, y que vamos saliendo de un modelo, y comienza a verse un pequeño resplandor, no conocemos aún el bien, pero ya conocemos el mal, de donde se pretende salir para probar fórmulas que hasta ahora no se hayan aplicado.
Sólo con estas anteriores reflexiones se puede comprender el carácter de algún petulante político al que no le quisieron enseñar o que él no quiso aprender: que no conoce, en fin, más ilustración que la suya, más gente que sus amigos cercanos, cortado por la misma tijera, ni más mundo que el suyo.
Si una mentira pudiese probar algo, ésta probaría una verdad, a saber, que no hay nada positivo, que no hay nada tal cual es, sino tal cual parece. He aquí la razón, porque siempre me paro a mirar con reflexión, hay algunos que practican políticas ancladas en el pasado y llevando a sus partidos al descalabro.
Olvidemos, lo repito, esa funesta expresión que contribuye a aumentar la injusta desconfianza que de nuestro trabajo diario tenemos. Hagamos más favor colaborando con nuestro municipio trabajando, pues es la única forma que existe de sacar adelante una empresa de servicios como es nuestro Ayuntamiento.
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