Un grande entre los grandes
Esta semana nos dejó el profesor Oscar González, excelente profesor y persona. Escribo su nombre sin tilde con intención, ya que con acentuación de palabra aguda es como nos pedía que le llamáramos. Tuve la suerte de ser uno de sus discípulos durante su etapa en el Colegio Gesta I de Oviedo. Por aquel entonces nos decía con ironía que tenía 99 años, y que estaba ya en su séptima reencarnación, habiendo sido en vidas pasadas distintos célebres personajes entre otros Kunta Kinte. Muchos de nosotros con nuestras pequeñas cabezas inocentes lo creíamos o más bien lo queríamos creer. Con estas peculiaridades y genialidades unidas a su enorme carisma, conseguía atraer la atención de cada uno de aquellos niños preadolescentes que éramos y conseguía su objetivo que no era otro que el de educarnos en las ciencias naturales y en la vida y el saber estar. Oscar, al igual que aquella gran generación de excelentes docentes del Colegio Público Gesta I (Solís, José Luis, Ángely tantos otros), no era sólo un maestro sino también un educador y un referente, y una persona que entregó su vida a la función pública. A mí y al igual que a tantos otros compañeros nos marcaron de por vida y somos lo que somos en parte, consciente o inconscientemente, gracias a ellos. Aprovechen su compañía aquellos que le conozcan en su siguiente reencarnación.
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