Desencantada
Soy auxiliar educadora. Bueno, era hasta el pasado 22 de diciembre, fecha en que finalicé mi contrato. Un contrato suscrito con la Consejería de Educación en las mismas condiciones de fraude de ley que los otros más de veinte ya dictaminados así por la justicia. Me gustaría volver a trabajar, pero no sé si me podré permirtir el lujo de trabajar en una profesión que me apasiona y me encanta.
Dudo de ello, no porque desaparezca, ni porque la Consejería no me llame para trabajar, sino porque gracias a las represalias que ha tomado nuestro Gobierno "socialista" no sé si me podré permitir el lujo de aceptar un contrato en las condiciones que me ofrecen, que además de ilegales son más precarias todavía debido a la reducción de jornada impuesta.
Llevo desde los 23 años independizada y ahora con 40 puede que para poder trabajar en lo que me gusta tenga que volver a casa de mis padres, pues si no no veo manera de pagar mis facturas con un salario de 700 euros.
El motivo de esta situación radica en que nuestra Administración nos estaba haciendo contratos fraudulentos, sí, nuestra, la de todos los asturianos, a día de hoy contratando a sus trabajadores temporales "en fraude de ley", según sentencias judiciales previas.
Ahora, tras años de una batalla jurídica que hemos ganado sistemáticamente los trabajadores, somos castigad@s, sí, castigados recatalogando nuestros puestos y recortando donde menos se nota a corto plazo y en la parte más débil: en la asistencia e integración de los niños con necesidades educativas especiales. En un colectivo de escasos 170 personas, en su mayoría mujeres, que ponemos toda nuestra ilusión, alegría, cariño y profesionalidad, dedicando nuestro trabajo a la inclusión educativa. Para mí es de las profesiones más bonitas, ya que compartimos el día a día con estos niñ@s que ya de por sí tienen tantas dificultades en su vida, en donde sus logros son nuestros logros, sus frustraciones nuestros retos, sus sonrisas nuestra felicidad, su cariño el motor que nos lleva a trabajar cada día con una sonrisa.
El dinero no da la felicidad, pero, desgraciadamente, con la felicidad, el amor y el cariño que sentimos por nuestros niñ@s tampoco se pagan las facturas.
Estoy desencantada con una clase politica "socialista" que prioriza subirse el sueldo a seguir intentando mantener la calidad de un servicio imprescindible para un sector tan desfavorecido. Digo mantener la calidad porque lo que se debería hacer es mejorarla, ya que bastantes dificultades tiene ya este alumnado sin que la misma clase política les coloque más piedras en el camino. Yo no soy economista, pero sí ama de casa, tampoco soy madre, pero sí persona responsable. Será por eso que no alcanzo a entender que un Gobierno "socialista" prefiera subirse el sueldo en vez de velar por el bienestar de estos niñ@s, de su educación y su integración, pues con su propia subida de sueldo se podría, repito, si no mejorar, sí mantener la calidad de este servicio.
En fin, si la próxima vez que acudáis a votar, leéis su programa electoral, que no os engañen estos "socialistas", pues si leéis su programa electoral actual, veréis inclusión en educación y paridad entre los sexos a la hora de establecer el salario, etcétera, y ésta es la forma de llevar a cabo esas propuestas programáticas. Dudo que esto os lo vayan a contar.
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