Se buscan mujeres bobas, razón, aquí
La choricería patria y macha, uno tras otro, presentan en sus declaraciones a unas pavisosas esposas que no se enteran de nada, o sea; que a pesar de sus títulos universitarios de sus abrigazos de perlas y sus collarones de diamantes de ley son unas memas de pronóstico reservado. Lo mismo firman las damas una transacción internacional de varios millones, que les aparece un descapotable en la piscina, que entran a vivir en una casona de mil metros con la chimenea encendida y un mayordomo enjuto que hace reverencias y ellas, las pobres, no se preguntan nunca nada, ensimismadas como deben de estar con el capítulo de la telenovela. También los choricetes de medio pelo, que llegan a recurrir estafas chuscas en los que incluyen a sus hijos, a todos por igual les adornan unas señoras tontas, pendientes acaso de sus pendientes y poco más.
Se me ocurre un oficio para ellas, ahora que tendrán que llevarles tabaco al trullo a sus machos alfa y deben aprender a ganarse la vida. Van a quedar vacantes de azafatas de eventos deportivos, por eso de que a algunas modernas les ha dado por cuestionar cierta imagen de la mujer. Pueden dar unos besos al campeón, entregarle un ramo de flores y, si sus mariditos les enseñan, robarles la cartera, la copa o las llaves de la moto.
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