El funcionamiento del Servicio de Inspección Educativa
Don Javier Fernández, como presidente del Principado, quisiera transmitirle públicamente mi preocupación por el funcionamiento del Servicio de Inspección Educativa en Asturias.
Desde mi punto de vista, es muy triste ver cómo a una menor de 17 años con todas las asignaturas cursadas aprobadas con nueves y dieces se le hace repetir 1.º de Bachiller únicamente por seguir los consejos de la dirección de un colegio, que le facilita un cambio de modalidad sin la debida información. Como padre, he tenido el error de desconocer la actual ley de educación y confiar en la supervisión que el Servicio de Inspección Educativa realiza sobre todos los centros educativos, tanto públicos como privados, en Asturias.
Alguien debería preguntarse si el Servicio de Inspección Educativa viene desarrollando sus competencias de acuerdo a los nuevos tiempos y la era de la digitalización, implantando y obligando a los directores de los colegios a firmar un mínimo código de conducta en el que se certifique que conocen la ley de educación en vigor y que no ofrecen a los alumnos soluciones que puedan ir contra sus intereses, así como otros puntos como el acoso y abuso, que no es el caso. Por otra parte, quisiera creer que la inspectora jefa elabora, supervisa y actualiza unos procedimientos y un programa de trabajo escrito que permite garantizar de forma sistemática que cualquier inspector desarrolla apropiadamente su trabajo y asegura calidad y homogeneidad en su labor supervisora sin dejar aspectos relevantes sin cubrir.
¿Cómo es posible que en el Principado no sea posible realizar un cambio de modalidad en 1.º Bachiller a comienzos de noviembre y en otra autonomía sea factible hasta el mes de marzo del año siguiente? ¿Y que en el informe de calificaciones, evaluación ordinaria, se detallen las ausencias y retrasos pero en ningún caso se alerte al alumno y los padres de que con las tres asignaturas suspensas por cambio de modalidad no se promociona de curso? No llego a entender el tipo de supervisión que se está realizando, pero me temo que algo está fallando.
Si, además, se presenta un recurso de alzada el 5 de diciembre y hasta la fecha, 19 de enero, no se recibe respuesta, opine por usted mismo.
Que un padre con su hija cursando 2.º de Bachiller se entere un 18 de noviembre de que existe un problema con su expediente de 1.º de Bachiller, además de indignación, produce escalofríos. Que una buena estudiante tenga que repetir un curso por seguir las indicaciones de la dirección de un colegio y sus profesores, puede que sea la solución más fácil para el Servicio de Inspección Educativa, pero suscita una total indefensión, máxime si es por falta de información y transparencia.
Lo cómodo es no entrar a analizar en cómo y por qué se ha llegado a dicha situación, pero creo que, por el bien de la educación en Asturias y para no vulnerar los derechos de un alumnado en dificultad, se requiere estudiar los hechos y dar respuesta al recurso presentado.
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