Pesimismo, ¡no!, cambio de ruta
El sistema sigue inexorable su camino voraz. Dos noticias recientes muestran sendos picos de alarma. El paro sigue subiendo en España más que en Europa, pero aún es más intranquilizador saber que más del 40% de los jóvenes menores de 25 años no tiene trabajo, lo que representa más del doble de la media comunitaria. Unámoslo a esta otra cuestión, que se está haciendo costumbre en Alemania: cientos de jóvenes cuando ya es noche cerrada, acuden a las traseras de los supermercados y tiendas de comestibles a proveerse de víveres. Y no lo hacen por necesidad, lo hacen por principios: para ellos es totalmente ilegítimo tirar a la basura esas cantidades exorbitantes de comida en buen estado...
Según datos del Worldwatch-Institut de Washington, en EE.UU se tira a la basura entre el 30 y el 40 por ciento de los comestibles perecederos de los supermercados. En España, y creo que en ningún país europeo, hay cifras oficiales, pero seguramente que los porcentajes no variarán mucho de los estadounidenses.
Estos jóvenes ya tienen nombre: "continer". Para muchos de ellos, hacer "containern" es una declaración política. Muchos de ellos llevan sudaderas con capuchas de Che Guevara y consideran que es una inmoralidad desperdiciar esos alimentos cuando medio mundo se está muriendo de hambre.
Abrir los contenedores puede ser considerado ilegal y puede conllevar una denuncia por robo pero hasta ahora, ninguna de las grandes cadenas alemanas se han pronunciado sobre este asunto ni han presentado denuncias.
Alemania, muchas veces ha sido precursora de los grandes movimientos sociales y este tema tiene trasfondo y es posible que se extienda a otros países, como pasó con mayo del 68, y el movimiento "okupa", por ejemplo.
Las visitas de indigentes varios, a la hora de los cierres de los centros comerciales y/o supermercados, no es una primicia germana; ni por el forro. Lleva instalada por estos lares bastante tiempo. Y ahora, con la crisis ni les cuento... En Oviedo es una actividad rutinaria de personas, entre ellos se pueden ver a mayores de buen porte, que rebuscan buscando alimentos en los contenedores.
Con toda la carta de derechos que tenemos. ¿No les parece que la inmoralidad nos rodea?. Que en los tiempos que corren, es un derroche, un desperdicio, que inmersos en la crisis, en el paro, en la escasez de recursos, nuestros dignatarios autonómicos y el Gobierno Central, sean incapaces de concluir unos pocos compromisos compartidos, un puñado de objetivos en común, un ramillete de esperanzas que ofrecemos a todos.
Unos compromisos, unas respuestas, que han reclamado más de 200.000 trabajadores y trabajadoras de toda España en Madrid, el pasado día 12. No es bueno el espectáculo de una foto de familia, a la que se invita a empresarios y sindicatos, a manera de parientes cercanos, para terminar descubriendo que sólo era una foto en la que la familia de derecho queda diluida por los hechos.
¿Nos hemos convertido en seres hibernados y no nos hemos dado todavía cuenta?
Pesimismo, ¡no!. Cambio de ruta.
Gabriel Gallardo
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