Se ha abierto la veda para designar candidatos en el PSOE
Como persona que se apasiona con la política, llevaba unos cuantos meses, por no decir años, en que la actuación de la clase política, nacional y asturiana, me producía hartazgo y cansancio tras ver cómo las decisiones importantes y destacadas se toman en pequeños círculos, obviando al ciudadano normal, el cual, de una forma progresiva, se va apartando de los que se sientan en los escaños de parlamentos y salones de plenos. En ésas estaba cuando el pasado 5 de diciembre, viendo el telediario nocturno, un rayo de luz inundó mi receptor de televisión. Se celebraba en el Congreso de los Diputados el acto conmemorativo del XXXI Aniversario de la Constitución y un estudiante de un instituto de Madrid, un tal Javier Borderías, al hablar del artículo correspondiente al derecho de huelga, dirigió a los sindicatos unas palabras que me hicieron reflexionar y llegar a la conclusión de que no todo está perdido y que aún hay esperanza por la que luchar. El chaval, que no tendría más de 17 años, espetó en el sacrosanto lugar de la soberanía popular y desde la tribuna de oradores lo siguiente:
«Me da pena y vergüenza que los sindicatos no ejerzan este derecho en los tiempos que corren y que se dediquen a bailar el agua al señor presidente del Gobierno».
Qué ocurriría si el actual presidente del Gobierno, en la situación de crisis en que nos encontramos, tuviera enfrente a unos sindicatos como los que en el año 1988 tuvo don Felipe González Márquez, combativos, luchadores, reivindicativos con los derechos de los trabajadores, y con un tal Nicolás Redondo (padre), que tuvo la dignidad de dimitir de su escaño de diputado ante la controversia, dura y sin contemplaciones, que mantuvo con el Gobierno socialista de entonces. El actual Gobierno posiblemente no aguantaría el envite, pero hoy en día los sindicatos, particularmente el vinculado al partido gobernante, son dóciles y flexibles a los dictados de Moncloa.
Todo esto viene a cuento de las informaciones aparecidas en el diario LA NUEVA ESPAÑA los días 4, 5 y 7 de diciembre y referentes a la Federación del Metal, la Construcción y Afines (MCA) de UGT. El día 4 de diciembre, el citado diario recoge las manifestaciones del secretario general de dicha Federación, don Eduardo Donaire, quien en el acto de clausura, estando presente el secretario general de la FSA, don Javier Fernández, en una línea claramente política, que no sindical, dirigiéndose a dicho político, dijo: «Espero verte dentro de cuatro años como presidente del Principado».
Al día siguiente, 5 de diciembre, el periódico recogía los apoyos a las iniciativa de don Álvaro Cuesta, don Alfredo Carreño («si opta al Principado, Javier Fernández va a tener el apoyo de toda la organización») y don Juan José Corrales.
Y la culminación tuvo lugar el 7 de diciembre, cuando don Eduardo Donaire es entrevistado por LA NUEVA ESPAÑA y el sindicalista no se corta al afirmar que: «No le hago la maleta a Tini, pero los ciclos se acaban y es la hora del cambio». Y, sorpresa y de las grandes, esto lo dice quien lleva más de treinta años en cargos representativos del sindicato, un ciclo «molto longo» que parece no tener visos de finalizar.
En definitiva, parece que el sindicalista metido a político ha abierto la veda de designación de candidato, obviando las directrices emitidas desde Madrid de que hasta pasada la Presidencia europea, junio de 2010, no procede hablar de candidatos a comunidades autónomas y ayuntamientos.
Quien esto suscribe, junto con otros catorce compañeras y compañeros socialistas, fue suspendido de militancia durante 24 meses por pedir un procedimiento de primarias para la designación de candidato/a a la Alcaldía de Oviedo, sin dar nombre alguno. No quiero pensar lo que hubiera ocurrido si alguno de nosotros, simples militantes de base, manifestáramos en un medio de comunicación el nombre de un candidato/a a la comunidad autónoma o al Ayuntamiento de Oviedo. Qué duda cabe de que nosotros, como cualquier militante socialista, teníamos el nombre de un compañero o compañera que pudiera desempeñar tan altos cargos, lo que sucede es que somos respetuosos con las directrices del partido y, particularmente, con quienes en la actualidad ocupan tales cargos.
Y en este carrusel iniciado por el sindicalista metalúrgico hay un claro perjudicado: el presidente del Principado de Asturias, don Vicente Álvarez Areces. ¿En qué situación va a quedar el político gijonés cuando comiencen los ataques del Partido Popular al ver que sus propios compañeros lo dan por descabalgado y amortizado a 18 meses de las elecciones?
Don Eduardo Donaire ha abierto la veda; que no se escandalicen desde la calle Santa Teresa si empiezan a salir nombres de candidatos a la comunidad autónoma o ayuntamientos, aunque, eso sí, siempre les quedará el recurso al expediente disciplinario contra quienes no son militantes «pata negra».
Avelino Alonso García, ex concejal del Ayuntamiento de Oviedo por el PSOE, Oviedo
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