La Nueva España » Cartas de los lectores » El palo en la rueda de la bici

El palo en la rueda de la bici

29 de Enero del 2017 - José Luis Peira (Oviedo)

En aras del progreso hay que desactivar ese discurso de que las bicicletas tienen que estar al día en ciertas obligaciones y regulaciones. Yo soy ciclista, soy peatón y también conductor, alcanzo a interpretar esa vaina tan española de meter un dedo en el ojo al prójimo. No es una rebeldía contra una tasa, es la inquietud que me causa el horizonte de una regulación que no sería más que otras paladas de arena sobre el féretro.

Nadie detesta como yo al que recorre las aceras con la bici, particularmente si lo hace a una velocidad intimidante, pero no es patrimonio de los ciclistas esa falta de urbanidad, sobra recordar a tantos conductores: al que obstruye con su automóvil un carril para echar la quiniela, a la mamí que ocupa toda la acera para dejar al nene en la guardería, a los que nunca, jamás, se detienen en los pasos para peatones y un interminable etcétera. Desafortunadamente habitamos en un país de maleducados en dónde tantos van a lo suyo. Y esas actitudes podrían extenderse en cualquier ocupación, hasta el infinito y más allá.

De manera que empecemos por no adjudicar ese indecoroso patrimonio a humilde ciclo. Con certeza la solución a diversos asuntos de convivencia ha de nacer ahí, en la reeducación de la gente, y no en articulados administrativos que resuman las opciones de unos u otros. Y ahora, al asunto.

Intentar equiparar, siquiera en decimales, al coche con la bici, es aberrante. Los automóviles causan miles de muertes al año y otros tantos miles en lesionados irrecuperables. No hay cálculos precisos sobre el impacto real de su mera existencia y uso sobre el medio ambiente pero sin dudas es elevadísimo y de ello se derivan numerosas afecciones en la salud de todos. Las infraestructuras requeridas por el coche ponen al borde de la ruina a distintas administraciones, son causa de déficit, deudas públicas, rescates lamentables, obras interminables y un largo etc.... no sé si a esto se le puede llamar despropósito o algo más grueso. Y no, no se trata de prohibir a la máquina, pero sólo faltaba que no se la regulase para mitigar su impacto. Podemos exigir un canon a los cochecitos de bebé, ya que pueden causar arañazos en un corsa, o romperle el tendón de Aquiles a un sargento de artillería. Y qué me dicen de los otros carritos, los de la compra; a esos cera, manejados las más de las veces por señoras de provecta edad que van a lo suyo, cambian de rumbo sin advertir y a veces cruzan la avenida sin tiempo suficiente para alcanzar el andén opuesto.

Hay una estrecha relación en Europa entre desarrollo y bicicleta. Hablo de Europa, no de Indonesia, en dónde la jauría rodante no es más que una proyección de una sociedad no tan ordenada como la de Odense o Utrech, pongamos. O, expresado en forma matemática: no se puede tener espacio decente para la bici si no se está lo bastante desarrollado. Síntesis: a más desarrollo, más bici. De manera que; si hay bici, hay prosperidad. No sé cuál es la parte que cuesta entender. Yo entiendo que en España todo lo nuevo origina resistencia razón por la que aquí todo llega tarde, desde la revolución industrial a la implantación de la bicicleta.

Reconozco que ignoro los modelos de regulación, si es que existen, de esas idealizadas sociedades de nuestro entorno, pero podríamos intentar parecernos a ellas también copiando lo bueno, no sólo en los precios. De lo que estoy seguro, y he viajado con mi bicicleta por algunos de esos lugares, es que su uso se apoya inequívoca e indiscutiblemente por toda la sociedad. Pongo el ejemplo que comprobé yo mismo este verano en Inglaterra: En los semáforos, las marcas viales facilitan e imponen que las bicicletas bloqueen la salida de los automóviles, de manera que éstos no pueden dar un acelerón estilo rally y les toca aguardar a que el tráfico se acomode con el menor riesgo para el débil. Aquí se va al revés, en lugar de implantar carriles y espacios para bicicletas, en lugar de instituir su saludable y barato uso, en lugar alentar la cohabitación se empieza por el tejado de exigirles normas, impuestos, seguros, matriculas y quién sabe cuantas ocurrencias más.

Cartas

Número de cartas: 45910

Número de cartas en Septiembre: 14

Tribunas

Número de tribunas: 2079

Número de tribunas en Septiembre: 1

Condiciones
Enviar carta por internet

Debe rellenar todos los datos obligatorios solicitados en el formulario. Las cartas deberán tener una extensión equivalente a un folio a doble espacio y podrán ser publicadas tanto en la edición impresa como en la digital.

» Formulario de envío.

Enviar carta por correo convencional

Las cartas a esta sección deberán remitirse mecanografiadas, con una extensión aconsejada de un folio a doble espacio y acompañadas de nombre y apellidos, dirección, fotocopia del DNI y número de teléfono de la persona o personas que la firman a la siguiente dirección:

Calvo Sotelo, 7, 33007 Oviedo
Buscador