Desentendiéndose no se arreglan los problemas
Entiendo que los políticos están para negar todo lo que no les conviene y engrandecer todo aquello que sí les conviene, pero la actitud de la Alcaldesa de Gijón en su respuesta a los incidentes de la calle Manso entre ultras del Sporting y del Sevilla me parecen indignantes, más aún cuando son afirmaciones muy débiles y contradictorias.
Cierto es que un coche de Policía Municipal no tiene la capacidad ni seguramente atribuciones para enfrentarse a 150 personas armadas, pero no estamos hablando de enfrentarse, estamos hablando de tomar medidas preventivas.
La Policía Municipal contó con unos 10 minutos antes del incidente para tomar medidas, ya fuese llamar a la Policía Nacional o llamar a los antidisturbios, o incluso llamar a otra patrulla y actuar como elemento disuasorio en un momento en el que el grupo marchaba tranquilo por la calle, sin contacto visual alguno con aquellos a los que pretendían enfrentarse. Había infinidad de opciones para frenar al grupo y reconducirlo a otra zona de la ciudad y no se hizo absolutamente nada.
Por otra parte, resulta contradictorio afirmar que a la Policía Municipal no le corresponde intervenir en los momentos que preceden la batalla campal, siendo que tras los incidentes, y bastante antes de que llegase la Policía Nacional y los antidisturbios, los primeros en llegar al lugar fueron dos coches de la Policía Municipal, a los que se suman otros 3 o 4 coches al poco tiempo y unas 6 u 8 motos, siendo alguno de sus agentes los que corrieron por las calles y los que decomisaron armas. Con la mitad de esos efectivos se hubiese evitado todo lo ocurrido. ¿A la Policía Municipal no le corresponde intervenir para disuadir o cambiar el itinerario de 150 jóvenes, que aún marchan tranquilos por la calle, pero sí les corresponde acudir a una batalla campal? Creo que la Alcaldesa tiene una percepción de la responsabilidad algo confusa.
Lo que más me asombra es que la Alcaldesa llegue incluso a derivar responsabilidades al club sportinguista sobre unos hechos que ocurren tres horas antes del partido y a más de un kilómetro de distancia del campo de futbol. Eso ya es salirse de tono.
Lo mismo que según afirma la alcaldesa, a la Policía Municipal no le corresponde intervenir, entiendo que a un club de fútbol tampoco le corresponde hacer investigación o control policial de su afición y menos aún fuera del estadio.
Cambiando de tema, y con respecto al joven sevillista que fue ingresado en el Hospital de Oviedo, tras las por otra parte normales afirmaciones de sus padres, sólo quisiera decir que si le tocó una botella en la cabeza es necesariamente porque participó en la batalla, puesto que entre el lugar donde estaban los ultras del Sevilla (Calle Aguado) y el lugar donde tuvo lugar la batalla (Calle Aquilino Hurlé) hay una manzana entera, que necesariamente tuvo que cruzar para resultar herido. Si se hubiese quedado en la calle Aguado o se hubiese ido de la zona no le habría pasado nada, puesto que aunque en algunos medios se muestre como que la afición del Sporting fue la que se abalanzó por sorpresa sobre los sevillistas, esto es totalmente falso, ya que tanto unos como otros corrieron al enfrentamiento armados y dispuestos a la pelea, siendo que ambos tuvieron que cruzar una manzana, los sevillistas la que hay entre la calle Aguado y la calle Aquilino Hurlé y los sportinguistas la que hay entre la calle Marqués de Urquijo y la calle Aquilino Hurlé. Cualquiera que no hubiese querido participar en la batalla sólo tenía que quedarse en su respectiva calle.
Entiendo la actitud de sus padres, pero no veo justificado que pidan responsabilidades, cuando los primeros responsables de lo ocurrido a su hijo, siendo menor de edad, son ellos mismos como padres y por supuesto su propio hijo como participante en los hechos.
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