Aquel Carnaval de los años treinta
Fue famoso y muy popular por todas partes, con geniales intérpretes del humor, el disparate, la crítica y la sátira, que en algunos resultaban groseros e insultantes, porque de todo hay en botica. Vamos a recordar a los que hicieron historia carnavalesca, como lo fueron las famosas murgas, de las que destacó la del pueblo mierense de Ujo. Su creador, director y autor de letras y música fue Jesús Paz López, conocido con el sobrenombre de "Mundín", un personaje genial, alegre y divertido, minero con el "tajo" en Hulleras de Turón, adonde todos los días iba a "pringarla" desde Villa, una aldeína situada sobre Ujo. A la cabeza de la murga y al son de su música, batuta en mano, "Mundín" saltaba, se encogía, se estiraba y hacía tales gestos y movimientos circenses que eran el asombro, la carcajada y el aplauso de las gentes de cuantos lugares asturianos recorrió esta famosa y espectacular murga. Que en el Carnaval de febrero de 1936, último de aquellos tiempos, fue premiada en Oviedo.
En Ujo también, en plan solitario, otro genial muchacho, inteligente y dotado de una cultura autodidacta hizo su particular historia carnavalesca, igualmente famosa y aplaudida. Se llamaba Patricio el Aguedo, era de una estimada familia también, de la que creo tiene hoy familiares en Mieres. Cuando estalló nuestra guerra fratricida, Patricio se alistó en el Ejército rojo, en el que llegó a ser comandante y mandar un batallón. Al terminar la guerra logró exiliarse y pasar a Francia, pero jamás se volvió a saber de él. Es un misterio que siempre lamentó su familia. Quizá se enroló en el maquis francés y en él pereció luchando contra los alemanes. Como nos dijera en Tarbes (Francia), en 1970, André Roché, que perteneció a ese maquis, que pudo haber sido alguno de los exiliados españoles que lucharon con ellos, alguno asturiano. No le pudimos sacar más.
En cuanto a Jesús Paz López, "Mundín", que también hizo la guerra en el bando rojo, en el batallón "Sangre de Octubre", formado por voluntarios comunistas y que operaba por las Ubiñas, no tuvo la suerte que Patricio, ya que fue apresado, en Gijón, cuando tenía ya el exilio al alcance de la mano. Una farsa de juicio, como ocurría en ambos bandos, y fue fusilado. Jesús Paz, como tantos otros de una parte u otra, no tuvo más delito, si como tal se puede calificar, que luchar por su ideal en el frente. Nada más. Porque "Mundín" era una gran persona, un hombre bueno, alegre y divertido, como demostró con su murga. Y él me libró de un "paseo" que pudo terminar, el 13 de noviembre de 1936, en los altos hornos de Fábrica de Mieres. Cuando uno intentó dar la cara por Jesús Paz López, "Mundín", y demostrar lo injusto de su detención y proceso, maldita sea, ya había sido ejecutado.
Por él, hoy, aquí, y por su hermano Salva, mi mejor y más querido y entrañable amigo, un emocionado recuerdo. Y un fuerte abrazo desde esta otra orilla de la vida.
Ricardo Luis Arias
Aller
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