Paciente indignada
Tengo 27 años y una discapacidad física por un problema de salud que no me permite trabajar, estudiar o hacer vida normal. Tras varias semanas soportando dolores, acudo el 3 de febrero, a las 19.15, al médico de guardia del centro de salud de La Felguera. Mi tardanza en ir se debe al temor que actualmente los sanitarios producen en los pacientes por acudir a un servicio al cual todos tenemos derecho a ir. Aún así, voy con ese sentimiento de culpabilidad por tener que ir al médico fuera de horario de consulta. Lo que me encuentro al llegar es un "profesional" que me humilla y falta al respeto poniendo en duda un problema de salud que me consume y amarga, dirigiéndose a mí en un tono vejatorio e irónico: "Meca, qué me dices", "¿y si te digo que te voy a arruinar el día?", "meca, ¿qué piensas hacer tú con 90 años entonces?", "¿qué te resuelve a ti que te den el resultado de unas resonancias?", resonancias por las cuales llevo esperando muchos meses. Hasta qué punto hemos llegado que tenemos que acudir a nuestra sanidad pública con miedo a reproches, con vergüenza y sintiéndonos un bulto mirado con desprecio y despreocupación por supuestos profesionales que sólo tratan con dignidad a "los de la casa"; para quien no lo entienda, esos son sus colegas de profesión o familiares, que están por encima de cualquier lista de espera o trámite, ellos tienen derecho a todo al momento con educación y respeto. Quiero apuntar que muchos problemas de la sanidad son debidos a una mala gestión, recortes..., pero el trato despreciable cara a cara al cual lamentablemente los pacientes estamos acostumbrándonos a recibir no es culpa de ningún político ni de ningún recorte, es la falta de humanidad que tienen muchísimos sanitarios. ¡Basta ya! Basta de sentarse en una consulta y que no se dignen ni a mirarte a la cara, basta de acudir temblando por una reprimenda, basta de consentir que nos miren por encima del hombro haciéndonos sentir seres inferiores. Todos somos personas y todos tenemos los mismos derechos, no sois más por llevar una bata blanca, estáis ahí haciendo vuestro trabajo, no haciéndonos favores.
Me he ido de varias consultas con diagnósticos tales como "no tienes cara de estar mala" o "te estoy haciendo un favor". ¡Indignación! Por qué tenemos que acudir a un servicio de urgencias y estar esperando cuando no hay ningún paciente más, mientras todo el conjunto de sanitarios conversan, gritan, ríen, y llega el momento de entrar en la consulta y que te riñan porque acudes con lo que para ellos es un simple dolor. Señores doctores, los pacientes no vamos a las consultas, salas de urgencias o donde quiera que sea por pura diversión. Vamos porque sois las personas en las que depositamos el rumbo de nuestra salud y, a día de hoy, eso da puro miedo.
Y, por último, muchísimas gracias a aquellos que todavía realizan bien su trabajo, que, desgraciadamente, pocos hay, pero los hay.
Virginia Fernández García, La Felguera
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