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Carta semanal del Arzobispo de Oviedo

9 de Febrero del 2017 - José Viñas García (Oviedo)

El Señor Jesús Montes no se diferencia en nada en sus discursos de los dirigentes eclesiásticos de los últimos años, salvando de dicha critica al actual Papa, que si sabe darle sentido razonable, solidario y responsable a todas sus palabras y hechos.

Espero confundirme, pero me da que usted y todos los dirigentes de la conferencia episcopal española no visitan cárceles y enfermos (salvo los amiguetes de guante blanco) para ese abrazo samaritano y fraterno que enarbola. Cómo eso de que el hambre de los hombres es el hambre del mismo Dios ¿usted ha estado con él? ¿Sabe por información divina o extraterrestre, que si más de medio mundo pasa hambre, él estará a dieta en solidaridad con ellos? ¡Qué palabrería más hueca, sin nada!

Que decir de otra por igual estilo: Nuestro mundo insolidario hace que los poderosos tengan miedo de los pobres viendo en ellos una amenaza para su opulencia y para su blindada seguridad ¡Eso, ahora las ovejas son el peligro para los lobos!

Señor cura con galones, los ciudadanos no son aquellas manejables buenas gentes de siglos del pasado, ahora necesitan algo más de los dirigentes de la Iglesia con palabras vacías, discursos sabidos o buenas intenciones. Tienen que apreciar cómo en el Papa, la coherencia entre pregones y acciones.

Me siento mal criticándole, no quisiera hacerlo con un representante de la Iglesia, pero aunque lo suyo no llega al catálogo de disparates e incongruencias de compañeros suyos; también deja un sinsabor leyéndole, cómo que nada aporta a catolizar e interpretarle; no se entiende ese afán por mezclar a Dios con las desgracias de los pobres, porqué si Dios es quien dicen, al igual que permite las desgracias, enfermedades y miserias de muchos, también tiene la sana costumbre de agraciar a otros con salud, dinero y diversión constante; lo cual también debieran al igual que lo nombran para la pobreza, decir que en efecto, tiene predilección por otros, dándoles todo cuanto necesitan en esta vida, además de permitirles que no repartan con esos necesitados, ¿todavía dice que los ricos temen a los pobres? usted nos toma por idiotas a todos, necesitamos otro discurso para gente de más edad, no pantomimas repetitivas de antaño cuando ustedes hacían y deshacían a su antojo con reyezuelos y dictadores atemorizando al personal en nombre de Dios, y casi siguen haciéndolo, cómo pasear bajo palio a dictadores, jamás la Iglesia se fortaleció tanto como con los dictadores ¿y, ahora vienen ustedes a hablar de democracia y solidaridad? ¿Por qué ese Dios permite esta diferencia entre placeres y teneres? ¿Por qué unos nacen con estrella y otros estrellados? ¿Por qué permite estos injustos repartos? Yo se lo digo, porque el Dios que predican, poco tiene que ver con el real.

Creo que existe Dios, pero es un Dios muy diferente a cómo ustedes lo dibujan. Ese Dios les pedirá a ustedes cuentas por distorsionarlo de ese modo, por incluirlo amigo de pobres y enfermos, pero sin embargo premiar con todo a los otros. No ven que no encaja su discurso, bueno si encaja, ustedes también proclaman la solidaridad, y están ayudando a los necesitados, pero con quienes se codean, es con la elite política y empresarial, los que van a misa a llenar catedrales en abrigos de visón ¡la hipocresía personificada y tremendamente real!

Mi creencia en Dios, no es por ustedes hombres con vestidos de carnaval, ustedes me quitaron mi poca fe en la Iglesia. Creo en Dios, porque sería injusto y cruel que unos vivieran felices hasta la vejez con toda clase de comodidad, y otros enfermaran de jóvenes, murieran antes y padecieran todo tipo de penalidades y necesidades ¡Dios está obligado a compensar esta balanza!

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