Respuesta al cazador Michel Coya
Como respuesta a la carta de Michel Coya en este mismo diario titulada La Nueva dictadura, el eco-animalismo, deseo decir lo siguiente: la ley no tiene potestad para sacrificar a un animal por algo que en este caso se demostró además ser un falso positivo, la vaca Carmen vive en un santuario, no es un animal de ganadería, ni él ni nadie se la comerá, con todo será aislada y no hay posibilidad de contagio, por lo tanto y atendiendo a esas legalidad en la que por ejemplo, los cazadores como el Sr. Coya, se amparan para seguir matando animales por diversión, debería respetar una decisión que no constituye infracción alguna. Se pregunta que dónde está el Seprona en un caso como este, pues bien, posiblemente ocupado en sucesos como los de los últimos días, en los que cazadores mataron a tiros alos cinco perros de un matrimonio y le arrancaron un ojo a su caballo por no querer que cazasen en su tierra, o como los de los cazadores que hace días mataron a 69 pájaros a raquetazos. Llama secta al movimiento animalista aunque no aporta prueba alguna para tal acusación más que la rabia que demuestra porque esa ética va calando en la sociedad, sin embargo el Sr. Coya se ofende mucho cuando se le recuerda que cazar es matar por entretenimiento o cuando se le habla de la cantidad de humanos que cada año mueren o quedan heridos por accidentes de caza. Y ya que comienza su escrito diciendo que esto es de guerra civil, quisiera recordarle que de una ejecución de aquella fue digno el reciente asesinato de los dos guardias rurales a manos de un cazador. Michel Coya, un hombre con los muros de sus redes sociales llenos de imágenes de armas y de animales muertos, que su foto de perfil es apuntando con un cañón doble a la cámara, es muy partidario de la ley cuando le faculta para poseer unas y abatir a otros, pero le molesta enormemente cuando se trata de salvar la vida de un animal. Se le ve el plumero. Y el rifle.
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