A José Viñas García y el arzobispo de Oviedo
El 9 de febrero publica “Carta semanal del arzobispo de Oviedo”.
No se pueden decir más barbaridades en pocas líneas, faltando gravemente a la Iglesia, al señor Arzobispo (cura con galones, dice), a los sacerdotes, a la Conferencia Episcopal, a los católicos, y lo que es más grave, a Dios mismo, y hasta se remonta a la relación de la Iglesia con el mismo Franco; sólo se salva el Papa Francisco, como si él no perteneciera a la Iglesia. Usted mismo se contradice en su escrito, y todavía dice que cree en Dios, después de echarle la culpa de las desigualdades entre las personas. Usted solo cree lo que le conviene y se le nota un resentimiento y rechazo contra la Iglesia y sus dirigentes (“hombres vestidos de carnaval” dice) y con el pasado. Y lanza la eterna pregunta, ¿por qué Dios permite las desgracias?, etcétera, etcétera (sólo se acuerdan de Él en esas circunstancias). Para Dios todo es presente, es cuestión de fe. Le remito a una entrevista de Paco Arango (músico y cineasta) del XLsemanal del 12 de febrero, que creó la Fundación Aladina para los niños con cáncer (por qué lo permite Dios diría usted): dice: “Yo he visto llorar a Dios, Dios llora con los padres y sus hijos en los peores momentos, y cuando no puede intervenir, para que se den cuenta de que Él no quiso eso. La explicación no la tengo, pero sí que tengo sus lágrimas” (cuestión de fe); he visto mucha tragedia, pero también muchos milagros, afirma.
Usted es libre de pensar y opinar lo que crea conveniente, y discrepar, pero no se puede tolerar esa agresividad, intolerancia y descalificaciones que hace (todo con motivo de la carta semanal del señor Arzobispo), y más en una persona que se dice “creyente”, y se supone, si es así, que es conocedor de la sagrada escritura.
Ángel de Vega Gómez
Oviedo
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