¿Dónde está el presupuesto de Oviedo?
Antes de empezar, he de reconocer que el título no es para nada original; los que tengan una memoria afilada habrán sentido un "déjà-vu", ya que el 22/12/2014 LNE publicó un artículo con igual encabezamiento y cuyo autor fue don Wenceslao López, en aquellos tiempos en la oposición y hoy alcalde de Oviedo. Señor Alcalde, revise su cuenta de Facebook, hoy en día todo el mundo es esclavo de sus palabras y dueño de sus silencios en redes sociales.
Se quejaba en su día el Alcalde de que finalizando el año 2014 (mes de diciembre) el equipo de gobierno y su socio IU no habían dado señales de vida del presupuesto; se preguntaba si era una cuestión de incapacidad o de irresponsabilidad. Porque quien gobierna, llegadas esas fechas, tiene la obligación y la responsabilidad política de haber presentado su propuesta económica y política para el año. El presupuesto municipal es el contrato anual entre el equipo de gobierno y la ciudadanía, a través del cual se debe encauzar anualmente la gestión municipal. El Alcalde en el Ayuntamiento está incumpliendo una de sus más importantes obligaciones que le exigen las leyes de Régimen Local. Ninguna razón exime a quien está ejerciendo la responsabilidad de gobierno de presentar su propuesta presupuestaria. El no hacerlo es una grave irresponsabilidad democrática. Es muy preocupante que el documento político y económico del año más relevante para el Ayuntamiento, para Oviedo y para los ovetenses no solamente no se haya llevado a cabo, sino que se haya secuestrado a toda la ciudadanía.
Todas estas frases fueron suscritas por quien tiene ahora la responsabilidad de gobierno, con mayoría en el Pleno para aprobarlo, pero parece ser que las cuitas internas y las intrigas dentro del tripartito impiden tan siquiera presentarlo. Podemos concluir, según la propia teoría del Alcalde, varias cosas: 1) El alcalde de Oviedo es un incapaz o un irresponsable (son características totalmente compatibles, por lo que pueden darse las dos conjuntamente). 2) El Alcalde no ha cumplido el compromiso de presentar su propuesta económica y política a todos los ovetenses. 3) El Alcalde no ha cumplido el contrato principal con la ciudadanía, que es el presupuesto, y por lo tanto no hay gestión municipal. 4) El Alcalde está incumpliendo la ley de Régimen Local. 5) El Alcalde ha secuestrado el presupuesto a toda la ciudadanía ovetense.
El nonato presupuesto ovetense parece ser que está muy cómodo en la placenta del tripartito ovetense; en noviembre se hizo una foto en familia todo el tripartito, pero quedó en una imagen nada más. Los despiadados trabajadores de Recaudación casi provocan un aborto, pero lo que sí consiguieron fue el retraso inaudito del alumbramiento. Por fin parece que hay fecha para que el doctor Rosón y su equipo, equipados con fórceps y demás instrumental, saquen a la criatura mediante cesárea a la Junta de Gobierno: el viernes 10 de febrero de 2017. Todo alumbramiento trae un pan debajo del brazo, pero en este caso parece que será amortización de deuda y muy poca inversión, y seguramente muy poca ejecución.
Sólo quiero indicarle al Alcalde que haga un pequeño ejercicio de memoria, no hace falta que sea histórica, y sea congruente con las palabras que escribió apenas hace dos años. Para mejorar las cosas, tiene un concejal de Economía que ha declarado recientemente que el no tener un presupuesto aprobado tampoco es un drama. Estas declaraciones viniendo del máximo responsable de Economía pueden entenderse como una total irresponsabilidad o una total incapacidad; conociendo al doctor Rosón, no me cabe duda de que reúne sobradamente las dos condiciones. El grado de ejecución que se alcanzará en 2017 será similar al de 2016 (30 por ciento si llega), con el consiguiente incumplimiento en materia de inversiones y con el coste para los ciudadanos que eso supone (limpieza, cubiertas de colegios, obras en los barrios, dejadez de servicios...). Como siempre, los ovetenses pagaremos con nuestros dineros e impuestos las grandes carencias de nuestros gobernantes (Gabino, Wenceslao, Rosón). Menudo tripartito.
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