La corrupción en España
La corrupción política en España ha dejado un agujero en las arcas españolas de más de 7.000 millones de euros desde que llegó la democracia con la Constitución española de 1978. Desde entonces, el país ha sufrido más de 175 casos de corrupción política a todos los niveles: ayuntamientos, diputaciones, gobiernos autonómicos y estatales.
Podemos destacar la región de Andalucía, con unos 38 casos distintos; le siguen Baleares y Madrid, con unos 22 casos, que toma la delantera por su alta cuantía defraudada. La catalana también llega a la veintena de casos, uno de los más relevantes, el de la Banca Catalana, el cual fue sobreseído por falta de pruebas. Dicha entidad fue presidida en unos años por el expresidente Jordi Pujol; a día de hoy, todos sus miembros están siendo investigados por distintos delitos de corrupción. La Comunidad Valenciana también destaca, con más de trece casos en sus haberes.
Entre los casos que más caros han salido a las arcas están el de "Púnica", que se calcula que pudo haber defraudado alrededor de unos 250 millones de euros; los ERE de Andalucía, unos 150 millones; "Gürtel", unos 120 millones, o el "caso Saqueo", 96 millones.
La corrupción reduce la riqueza nacional, distorsiona la competencia y perjudica la inversión. Ésta se ha visto disparada por la crisis económica. Consiste en el mal uso del poder público para conseguir ventajas ilegítimas y suelen ser personas sin escrúpulos que lo manipulan todo para sostener su estatus y riqueza.
La corrupción es la segunda preocupación de los españoles después del paro. España tiene una media de diez jueces por cada 100.000 habitantes, la proporción más baja de la UE. Entre las medidas propuestas destaca aumentar los recursos en los cuerpos y órganos que investiguen causas de este tipo, y reformar el Código Penal, para establecer o aumentar las sanciones por delitos como la financiación ilegal de partidos, revisar las leyes de contratación pública, etcétera.
Somos muy conscientes de que la corrupción en España es un fenómeno muy complejo, es mucho más que un problema político. Necesitamos más jueces y más recursos judiciales contra la corrupción, y disminución del tiempo en los procesos y aplicaciones de sentencias. Transparencia total en la financiación de los partidos políticos.
Una buena reducción de cargos políticos innecesarios y penalizar severamente por ley cargos no justificados, como el intento de acceder a ingresos extra complementarios al margen de la ley; un ejemplo claro es el de cobrar además del sueldo cláusulas adicionales, como pernoctación, cuando se sabe que tiene en Madrid tres pisos.
Guerra total a los paraísos fiscales. España merece un gran pacto, un compromiso de "tolerancia cero" con la corrupción y total ausencia de indultos o tratos de favor a condenados por estas causas. En estos momentos, España lidera la corrupción en Europa.
Se trata de construir una sólida cultura ciudadana contra la corrupción, equiparable a la de otros países, como los nórdicos, y la máxima colaboración con la justicia en todo momento.
Debemos tratar de lograr en todos los niveles educativos la enseñanza de los valores contra toda esta lacra, inculcándoles desde niños el buen hacer, porque ellos son los ciudadanos del futuro.
Conchi Basilio
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