Pensiones
Noticia de última hora: el Banco de España plantea estirar aun más la edad de jubilarse para que el sistema se mantenga. Ocurrentes no parecen. ¿A qué sistema se refieren con eso de mantener, al de las cuentas opacas, las puertas giratorias, los favores debidos, las sicav? Es sabido que todos los gobernantes de esta España que hubo hasta ahora tiraron con escasa imaginación y excelente puntería de las masas salariales, las pensiones de los viejunos y los sueldazos de los funcionarios; a lo fácil, vaya.
Con lo que voy a decir me pongo de rodillas, a porta gayola, pecho descubierto, por si tienen a bien empitonarme algunos economistas, con o sin pizarrita, con o sin máster del universo en la Universidad de Chirimbutown.
No parecen necesarios muchos conocimientos de economía aplicada para asumir que las autoridades, y eso incluye al Banco de España, cuya no muy edificante trayectoria debería ponerle desde ya en entredicho, podrían apelar a otras ciencias para enderechar un tanto el asunto. Si se molestaran en apretar las tuercas debidamente a la evasión fiscal, el tráfico de divisas del universo oscuro, la corrupción y otras pestes que nos asolan, cabe la posibilidad de que se pudieran garantizar las pensiones por lustros y acaso disfrutaríamos de una sanidad en la que diagnosticaran por la mañana y operaran por la tarde, o algo así. No soy tan necio como para ignorar que incluso en ese sistema habría rendijas por las que se podría escamotear riqueza, pero es que lo que tenemos es un cachondeo, a saber: un país en el que el trinque está bien visto, protegido por las normas, esas normas que con insistente frecuencia exprimen al pagano, que no es quien no asiste a misa, sino el pobre currito, la masa obrera que se pasa el día costeando la juerga de los golfos y los gobernantes mediocres. Ya está bien, estoy harto. Yo me bajo en la próxima. He dicho.
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