Maternidad subrogada / vientres de alquiler
A los que somos fieles a la radio y tenemos el privilegio no sólo de despertarnos con ella, sino de poder disponer de algún tiempo por las mañanas para escuchar debates de interés, de vez en cuando nos encontramos con tertulias que lo único que hechas de menos es no poder participar en ellas. Este es el caso del interesantísimo debate sobre la maternidad subrogada que el periodista Javier del Pino nos ofreció el pasado domingo.
Después del debate sobre la despenalización de la eutanasia, la necesidad de que la legislación española aborde éste tema, como así lo han hecho en EE.UU., Canada, Reino Unido, Portugal, India, entre otros, se va convirtiendo en una necesidad por las repercusiones sociales, éticas, jurídicas...
Se estima que anualmente nacen alrededor de 20.000 niños en el mundo, mediante éste método. En España no hay cifras oficiales, al estar prohibida su práctica, pero se calcula que cerca de mil serían españoles.
Entre los partidarios y detractores por primera vez el enfrentamiento más duro se produce entre dos colectivos que en otros tiempos caminaron juntos en la conquista de los derechos civiles: feministas y colectivo LGTB. Para las primeras, el nombre de su movimiento No somos Vasijas, ya nos anticipa su línea argumental el cuerpo es el límite de lo que se puede comprar y vender (posición que comparto), entienden que es real los dramas humanos de aquellas parejas cuyas mujeres no pueden tener hijos (carecen de útero, el cáncer), la legítima aspiración de las parejas homosexuales, pero señalan, no se puede poner los deseos por encima de los derechos
Entre los partidarios (colectivo LGTB a la cabeza) se defiende su legalización sobre la base del derecho a la maternidad de quienes no pueden gestar por sí mismos y reclaman la libertad para acordar con terceras personas una transacción con todas las garantías legales.
De momento no existe ningún marco legal internacional sobre éste tema. El Parlamento Europeo condenó ésta práctica en el 2015, porque entiende que socava la dignidad de la mujer al convertir su cuerpo en mercancía. No obstante, recientemente se ha elaborado un informe a petición del Consejo de Europa para regularlo de una manera restrictiva, es decir, permitiendo la maternidad subrogada altruista.
En los 14 estados de Estados Unidos que lo permiten, como la mayor parte de los temas sociales de éste país, su regulación es garantista desde el punto de vista legal, pero también muy mercantilizada, su coste ronda los 120.000 euros (California) mientras en Rusia y Ucrania consentida sólo a heterosexuales, su coste varía entre 45.000-60.000 euros.
Más allá de los argumentos de defensores y detractores, hecho de menos en los debates la nula referencia a lo que en mis tiempos de estudiante de Psicología nos llevaba a debatir, investigar, publicar todo aquella riqueza psicológica, cognitiva, emocional que encerraba la relación madre/feto y que los partidarios de la maternidad subrogada la han eliminado de un plumazo y obligan mediante contrato a que la madre subrogada no se deje llevar por estas minucias, convirtiendo de facto el embarazo en un proceso mecánico.
No puedo estar más de acuerdo, por tanto, con las palabras de Milagros Pérez Oliva: El debate trasciende los intereses legítimos de estos dos colectivos, la gestación subrogada no es, como se ha dicho, una técnica de fecundación. La gestación para otros es posible gracias a las técnicas de reproducción asistida, pero no todo lo que la ciencia es capaz de hacer debe estar permitidoDesde la bioética se recuerda que uno de los principios fundamentales en la regulación de los progresos en biomedicina es que el cuerpo humano y su material genético no pueden ser objeto de transacción comercial. Es el principio que impide que haya, por ejemplo, comercio de órganos.
Olvidar esto ha permitido, por ejemplo, que aquella pareja australiana que contrató a una mujer tailandesa para que gestara a sus mellizos, cuando detectaron que uno de ellos, el varón, nacería con el síndrome de Down, se llevaron sólo a la niña.
Mientras tanto miles de niños y niñas en los países más pobres de la tierra, víctimas del hambre, la miseria, las guerras y el horror esperan sin ninguna esperanza que alguien los adopte. La película Lion dirigida por Garth Davis ( espero que merezca algún oscar) es una lección de amor, honestidad, sacrificio de unos padres adoptivos australianos y de un joven indio que no descansará hasta reencontrarse con quien le dio la vida. Esta película y otras que han tratado el tema con rigurosidad debería formar parte de éste debate que se nos avecina.
Debe rellenar todos los datos obligatorios solicitados en el formulario. Las cartas deberán tener una extensión equivalente a un folio a doble espacio y podrán ser publicadas tanto en la edición impresa como en la digital.
Las cartas a esta sección deberán remitirse mecanografiadas, con una extensión aconsejada de un folio a doble espacio y acompañadas de nombre y apellidos, dirección, fotocopia del DNI y número de teléfono de la persona o personas que la firman a la siguiente dirección:
Calvo Sotelo, 7, 33007 Oviedo

