Género diverso e individualidad
Desde la individualidad, la única forma digna de acometer la diversidad es dando libertad a los otros para elegir ser ellos mismos. Pero tal libertad debe cumplir con las tres leyes que Asimov estableció para los robots, aunque aplicándolas a las personas. Esas leyes adaptadas serían:
1ª Ley .- Una persona no hará daño a otra persona o por inacción permitir que otra persona sufra daño alguno (en el instante presente o en el futuro) como consecuencia de no impedirle hacer algo que no debía.
2ª Ley .- Una persona deberá valorar apreciar los deseos de otras personas, excepto si esos deseos entrasen en conflicto con la 1ª Ley.
3ª Ley .- Una persona deberá ser libre para proteger y mejorar su propia existencia, en la medida en que no entre en conflicto con la 1ª o la 2ª Ley.
Aún no hemos alcanzado el grado de evolución ético necesario para discernir la sencillez de estas leyes. Nos ocultamos tras la complejidad artificiosa de trastocar conceptos para engañarnos. Siempre he considerado inapropiado el vocablo «solidaridad» para expresar lo que este vocablo pretende. Ya que el concepto solidaridad exige impenetrabilidad, y que los próximos estén rígidamente atados a uno mismo y entre sí. Con ello se pretende resistir a los otros y vencerlos: romperlos con nuestro sólido e inquebrantable estado. Si vencemos y los rompemos, conseguimos la hegemonía de ser los mejores y el derecho, por tanto, a dominarlos y barrerlos. Más apropiado sería el vocablo «gaseosaridad», que permite la penetrabilidad de los otros dándoles cabida sin mirar su afinidad, aceptando así su libertad y desigualdad. Me ocurre lo mismo con el postulado matemático que dice: si A=A (siempre cierto) y A=B (sólo cierto en ciertos supuestos que ya admiten desigualdad) si luego establecemos que B=C (más desigualdad general e igualdad en cierta categoría) ¿cómo nos atrevemos a afirmar que A=C? Sin embargo, con esas leyes y conceptos, alcanzamos un gran desarrollo tecnológico y creamos técnicas lógicas que nos han llevado a fabricar un organismo nuevo de silicio y acero. Un silicio, con química similar al carbono, capaz de crear cuerpos flexibles y resistentes. La realidad es analógica, pero con el transistor usado como técnica lógica (aunque también tiene usos analógicos), hemos creado una Inteligencia Artificial capaz de alcanzar la memoria de las máquinas para controlarlas, o de estar en red con otras memorias. Son entes capaces de producir otras máquinas y de reproducir su inteligencia e, incluso, mejorarse a sí mismas. ¿Podría esa especie desarrollar en un futuro próximo una tecnología analógica capaz de contener resonancias cuánticas en su citoesqueleto de silicio a modo de conciencia? No lo sé. Pero puesto que lo que se puede imaginar acabará ocurriendo, y puesto que ya se imaginó a androides soñando con ovejas eléctricas, me pregunto: ¿respetarán esas criaturas a su creador o lo tendrán en su zoo particular de diversidad de géneros y especies? La realidad es que todos somos diferentes. Esa diferencia es la que nos iguala, aceptando la diversidad de los otros y su libertad para elegir ser ellos mismos: una persona libre, capaza de cumplir con las tres leyes antes enunciadas. Todos somos igual de ridículos frente al universo visible (4%) y más aún frente al no visible (96%) y desconocido.
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