Prisión eludible
Por fin ha sido fallado el "caso Nóos", y como nos suponíamos. Después de seis años mareando la perdiz judicialmente, he aquí que la tremenda condena al duque de Palma, señor Urdangarín, es nada más y nada menos que de seis años y tres meses de prisión eludible sin fianza. ¡Toma del frasco, Esperanza!
O sea, que el duquecito queda autorizado para eludir la cárcel, no pagar fianza alguna e irse a casita como un inocente corderito. ¡Ah!, y su casita no está ya aquí, en este desmelenado carpetovetónico país, sino en la rica Suiza, el gran país fiscal en el que los chorizos tienen las perras amañadas. Y allí tendrá también las suyas, o parte de ellas, el "afortunado" duque, "arrimáu" a la Casa Real española por matrimonio con la hija de Rey y luego hermana de Rey, por lo que su sangre es ahora azul por transfusión matrimonial. Que, por cierto, su consorte, que también estaba metida en el ajo corrupto (documentos firmados por ella lo acreditan cumplidamente), fue "eludida" de todo por ser vos quien sois. Hoy, el feliz y "afortunado" matrimonio reside señorialmente en Suiza. Y lo de "afortunado" va por el fortunón amañado fraudulentamente, como ha quedado demostrado en el "caso Nóos".
Naturalmente, esto ha causado una lógica indignación en la ciudadanía, en el currante, en el exprimido contribuyente que, si por quitar el hambre a sus hijos, pongamos por ejemplo, se apropia indebidamente de lo primero que encuentra a mano, va a la trena de cabeza. Porque para él no hay prisión eludible, ya que no tiene sangre azul ni es un personaje de la alta suciedad.
Nada, señores, que nuestra injusta Justicia, digan lo que digan, tiene dos varas de medir, como demostrado queda en el "caso Nóos". Y seguro que también ocurrirá lo mismo con Rato y demás cacos de Bankia, los catalanes Pujol, toda una familia de chorizos, y cuantos más corruptos y sinvergüenzas pertenecen a esa alta suciedad.
Y luego, el suegro de Urdangarín y su cuñado, desde su alto pedestal, sacando pecho, nos dicen a los currantes que la justicia tiene que ser igual para todos. Lo que nos faltaba, que ahora nos tomen por tontos y se rían de nosotros.
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