La plaga insiste
Acostumbrados ya todos a la moda verbal de ilustrados hallazgos tales como "a día de hoy", "a pie de", "a punta de pistola", "bien merecidas vacaciones", "de cara a", "vergonzante" y tantos otros que fuerzan una sonrisa cazadora en el oyente crítico, a la vez que afean y empobrecen el uso de nuestra lengua, se presenta ahora otro descubrimiento que, por usado en tal frecuencia e intensidad, acabará finalmente por ser privado de significado.
Los mass-media (como el erudito don Fernando Lázaro Carreter denominó a los periodistas de los medios de comunicación de amplio alcance popular) andan a vueltas con el "insisto" en su boca para toda frase o intervención en cualquier noticiero, programa o magacine. Los presentadores de los telediarios de las distintas cadenas de la caja catódica también sienten la necesidad de insistir. Aparte de en sus alocuciones, también en las frases del pie de imagen, Artur Mas insiste en que el referéndum se celebrará, Ciudadanos insiste en que mantendrá su pacto con el PP. En ese tal Sálvame (más bien mátame), Mila Ximénez insiste con insistencia. En la caja hertziana, el locutor insiste en que Pichilinez, finalmente, será contratado por el Real Madrid. Homs insistió ante el Tribunal Supremo en que lo volvería a hacer. Javier Calleja: "Insisto, dime que lo harás", a la octogenaria invitada a darse con él el garbeo de rigor por los cielos de su terruño.
"Insisto" está de moda, amigos. Ahora le ha llegado a este verbo su momento de gloria. Una moda no quizá, a lo peor, por lo concreto de su exacto significado, sino más bien por una especie de carga añadida, en seguridad personal y aplomo responsable, que se parece deducir confiere a su dicente.
Vamos, venga, anímense a cazar insistos a diestra y siniestra, por esos flujos catódicos y hertzianos que monótonamente nos cortejan. Seguro que no a mucho tardar conseguirán sus trofeos. La penuria neuronal lingüística resulta tan acusada en algunos de nuestros informantes que cualquier circunstancia novedosa les atrae con irrenunciable hechizo y se propaga en ellos como la peste en el XIV.
Así que ya saben, perseveren, persistan, reiteren, machaquen, porfíen, empecínense, empéñense u obstínense, pero, por favor, no insistan, nunca insistan.
La plaga les habrá contagiado.
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