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La memoria perdida de la Historia

12 de Marzo del 2017 - Nicanor Rozada García (La Paré, Santa Bárbara)

¡Cuántos niños, mujeres, ancianos y hombres he visto sufrir y morir como fruto de la intolerancia, los egoísmos y las envidias de la raposería pueblerina en la posguerra española!

Fueron años de miseria, destierro, de estraperlo, de sufrimiento, muerte... donde los ciudadanos se estremecían cada día sin poder saber qué les sucedería mañana, aquel mañana que amanecía incierto, y que algunos ya no pudieron ver amanecer porque el terror impuesto por "los fusileros del alba" estaban actuando sin piedad. ¡Cuántas veces escuché a tantos camaradas, después de un combate, en el receso que surgía, comentarios de lo que teníamos que hacer aquellos que con más suerte fueran protegidos para salir de aquella barbarie, y todos decían lo mismo, jamás uno dijo que se olvidara, sino que se fuera relatando todo lo que estaba sucediendo para que las futuras generaciones pudieran saber lo que este pueblo sufrió, sólo por el odio, ese odio generado por las victoriosas banderas franco-fascistas que terminaban de vencer, vencer al Gobierno legalmente constituido y elegido democráticamente en las urnas, la II República, aquel grupo de bandoleros sin alma ni patria, se lanzaron como buitres sobre la presa sin compasión, para exterminar a todos aquellos que no pensaran como ellos.

Fuimos arrastrando aquellas pesadas cadenas a lo largo de décadas y fuimos perdiendo un sinfín de camaradas, ya en la posguerra, como fueron los asesinados en el pozo de Tarano, en Teverga, los 22 del pozo Funeres, los 6 del Llano la Tabla en Mieres, los de la curvona de Salas, los de la canterona de Pravia, en la playa de La Franca, la Vega de Peña Flor, la Camperona, Mata del Espineral en Polio, la Revuelta del Coche, cerca de Noreña, en la cueva de Candamo, pozo Fortuna, El Bescón de Luzdivina, La Poladura, donde fueron asesinados los hermanos Pumarones y José Solís, la curva de Escubieto en Santa Bárbara y un largo etcétera... Esta misma tragedia la podemos contemplar a lo largo de toda España y sin dudarlo una parte ciertamente importante de estas mujeres y hombres que fueron vilmente asesinados eran socialistas que estábamos luchando por el pan y la libertad de un pueblo que había sido vencido por la fuerza bruta de las armas y no por la fuerza de la razón, y este mismo camino lo llevaron comunistas, republicanos, cenetistas, ninguno de aquellos camaradas y compañeros dijo que olvidara todo lo que estaba viendo y viviendo a lo largo de todos aquellos trágicos años de miseria, desgarros y muerte.

Cuál será hoy mi sorpresa, cuando ya estoy casi en los 90 años y me pregunto ¿mereció la pena tantas fatigas, tantos sacrificios, tanto sufrimiento, tanta sangre, tantas muertes para hoy ver lo que estoy viendo y viviendo? Y me vuelvo a preguntar: ¿cómo puede ser que una mujer u hombre que diga sentirse con unos ideales medianamente sociales se olvide de aquel terrible pasado, aunque afortunadamente no lo haya vivido, pero no puede ser posible olvidarlo, como si en este pueblo nunca hubiera sucedido nada? Y llegado el momento, apoyándose falsamente en un mandato que le dieron sus compañeros de partido, lo traiciona y pacta entregando el poder a aquellos que hoy son los representantes de aquellos que ayer masacraron, robaron, asesinaron y lo continúan haciendo hoy y sin pedir perdón al pueblo después de tanto atropello. Y quedan tan anchos creyendo que terminan de hacer una gestión inteligente apartando de sus deberes y gestiones al secretario general Pedro Sánchez, ese hombre que había sido elegido mayoritariamente por la militancia. ¿Hasta dónde puede llegar, arrastrando tanta miseria en su camino, este mi Partido Socialista Obrero Español?

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