Hunosa

10 de Marzo del 2017 - José Viñas García (Oviedo)

50 años de historia cargados de mucho sufrimiento y miedo, fueron miles de mineros (41.000) (Un recuerdo muy especial a los 540 que dejaron su vida dentro de la mina, entre ellos varios amigos) que a lo largo de su historia ejercieron las profesiones y categorías que día tras día se enfrentaban al esfuerzo sobrehumano, a las condiciones laborales más insalubres y peligrosas, al calor, frio y humedad llevados a la máxima potencia en trabajos a destajo, que aunque siempre bajo ilimitadas protecciones en seguridad, el accidente y la muerte rondaban en la plena oscuridad. El polvo, los ruidos, golpes y olores se entremezclaban con los zambombazos de un grisú al acecho; todo bajo el sudor constante del esfuerzo y el miedo que siempre acompañaban a un posible derrabe, hundimiento, desprendimiento de costeros, corrimientos y golpes por doquier.

Todo lo anterior es la historia de los mineros, trabajadores y gentes en mayúsculas.

Ahora viene la otra historia, la de las miseria humana. Los que están empeñados en devaluar todo, muy especialmente lo nuestro, y lo nuestro fue y será Hunosa. Una empresa creada es cierto por empresas deficitarias, pero que luego conformaron una empresa que dio riqueza, creando dinamismo económico y vida en toda Asturias, muy especialmente en las cuencas mineras.

Si miramos fríamente los datos y solo las subvenciones, diremos lo que dicen las mentes miserables, que es una empresa deficitaria sin más explicaciones. Pero he ahí que esa empresa surtía de carbón a centrales termoeléctricas públicas, donde el precio del carbón extraído no era valorado al precio del mercado, lo cual siempre estaría por debajo de la rentabilidad a secas. Es cierto que el carbón en Hunosa era de difícil extracción y muy costoso por varios motivos, entre otros por la seguridad en ella mantenida.

Ahora que ya no lo producimos en las cantidades de demanda, hay que importarlo al precio del mercado, a la altura y el cuajo del mercadeo de la explotación humana en Países que no respetan las mínimas normas de la OIT en condiciones de laborales de seguridad y salud de los trabajadores.

Por si alguno le cayera la baba asquerosa que siempre deja ver lo miserable que es uno, y quisiera insinuar siquiera, que sale más barato importar carbón que lo explotarlo aquí. Decirle que por la misma, también podemos importar médicos, mecanismos, maestros, ingenieros, políticos y cualquier profesión que trabajarían aquí por la mitad del sueldo ¿esa es la solución? ¿Esa miseria humana es la que queremos para nuestra región y País? ¡Competir por abajo! Todo sin valorar la pérdida de empleo y el mercado laboral que genera a su alrededor cada pozo minero.

Para evaluar un sector tan estratégico en rentabilidad, es preciso ir más allá de los números fríos, estudiar el beneficio que alcanza y el perjuicio que genera su cierre. Miles de ciudadanos, empresas y familias, se benefician de un sector primario como el carbón, el cierre de sus explotaciones bien pudiera interpretarse por otros argumentos de peso, jamás por su rendimiento neto aplicado solo a la empresa. A su alrededor cientos de empresas pequeñas y medianas de todo tipo mantenían mercado y empleo, se generaba vida, se vendía, se compraba, se viajaba, se comía, se bebía, se trabajaba, se gastaba, se ahorraba, se recaudaba impuestos de todo tipo, etc. ¿Ahora qué? ¿Seguimos pensando que Hunosa no era rentable? ¡O preferimos un futuro sin Hunosas, pero sin empleo y sin posibilidades! ¿Prefieren la ruina colectiva sin subvenciones, que cada cual se las arregle como pueda? Es retroceder muchos años, dejar que el fuerte, rico e inteligente prospere, mientras los enfermos, débiles y más torpes quedan arrinconados sin posibilidades de vida decente.

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