11-M y la infamia
El 11 de Marzo de 2004, el yihadismo islámico cometió el mayor atentado terrorista en España, 191 víctimas mortales y 2054 heridos, muchos de los cuales, 13 años después arrastran serias secuelas. Todos los años por estas fechas se realizan los correspondientes homenajes a las víctimas y se destaca, dentro de lo que fue la barbarie y el caos en los primeros momento, el comportamiento cívico y solidario del pueblo de Madrid, volcado en la ayuda a las víctimas.
Mientras el pueblo de Madrid mantenía éste comportamiento ejemplar, el Gobierno de José María Aznar, organizaba una de las mayores infamias políticas que se recuerda ante tragedias como ésta: La utilización del atentado y los muertos en beneficio propio.
Se había convocado elecciones generales para el 14 de Marzo, el pueblo español mantenía viva la indignación por la participación de España en la invasión de Irak (la impresionante manifestación del 15 de Febrero del 2004, con el No a la guerra como lema, reunió en Madrid a 3 millones de ciudadanos) por lo que Aznar tuvo que emplearse a fondo para convencer al pueblo español sobre la intervención en Irak: "mírenme a los ojos, les digo la verdad, Sadam Hussein tiene armas de destrucción masiva"
España se convertía, junto con EE.UU y Gran Bretaña, en uno de los objetivos del yihadismo. No era por tanto, descartable un atentado en nuestro territorio. El Gobierno lo sabía y sucedió lo que más se temía. Aznar y su núcleo de confianza tenían que buscar una salida porque de lo contrario perderían las elecciones ya que el pueblo español no perdonaría al gobierno que por su participación en la invasión de Irak, se sufriera el mayor ataque terrorista de la historia en España. Así nació la infamia: Culpar a ETA del atentado.
Dos fueron los encargados de montar la gran mentira, el Ministro de Interior, Ángel Acebes y su Director General de la Policía, Agustín Díaz de Mera ( personaje al que dediqué mi anterior artículo, AVILA). Los dos movilizaron todos los recursos del Estado y de la Prensa afín, en especial el diario El Mundo, para montar la patraña de una manera burda y patética. Según transcurrieron las horas, cada vez se hacía más evidente la autoría yihadista y al Gobierno no le quedó más remedio que aceptar lo evidente, mientras que la prensa afín continuó deslegitimando las investigaciones judiciales buscando las fantasmagóricas relaciones entre ETA y el yihadismo.
Hoy, los responsables de tal patraña viven con la conciencia tranquila. Aznar dando lecciones de estadista, levitando tras cada frase vacía, sólo llena de odio, rencor y narcisismo. Acebes, retirado de la política pero viviendo tan ricamente con un salario de 26.000 euros al mes como consejero de Iberdrola y Díaz de Mera aún mantiene su acta de eurodiputado.
Del trío de las Azores, Tanto Bush, como Blair han pedido perdón por lo de Irak, menos Aznar porque él está por encima de vaguedades.
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